#35 coincido totalmente con la descripción que haces de Feijoo, no se puede describir mejor. Y creo que no hemos dejado de coincidir en eso. Pero el que metiste a Feijoo fuiste tu! Yo dije en #24 que "La derecha no tiene el poder para llevar al Estado, ni al pueblo, a su orden social. Los extremos que tiene, como cualquier extremo a cualquier lado del espectro político, han renunciado a llevar al régimen hacia ese orden por medio de la democracia" hablaba de los extremos, de los extremistas... ¡de los serpientos! de Milei antes de ser presi #26 y pegarse la gran galleta con la realpolitik. Pero de mi comentario sobre las intenciones de los extremistas sacaste en #25 a Feijoo como "anarquista liberal" entiendo que lo dijiste en modo irónico, pero atribuyéndome el que yo metiera a la derecha pepera en el espacio de los extremismos de derecha. Entonces dije en #27 que "Milei hace lo que puede en una plutocracia (donde Feijoo esta comodisimo) dentro de un Estado nación clásico".
Para que queden claros los puntos: tenemos a la derecha pepera intentando sus cosas de derechas desde el Estado y, por lo tanto, frustrando a sus extremistas porque sus peces gordos se vuelven cosmopolitas, porque visten batas y turbantes de colores y fuman en pipa, porque se venden a los plutócratas, porque plantan banderitas de arcoiris y hacen guiños a los wokes y al arte posmodernista, porque tienen que pactar con formaciones de dudosa procedencia, porque no se atreven a tocar derechos de señoras feroces, porque tienen que hacer negocios con los chinos, etc. Y luego estan los extremistas de derecha: los minarquistas y anarcocapitalistas que quieren hacer un Estado diminuto o inexistente y crear sus propias comunidades fuertes y solidarias, con hombres heterosexuales estoicos y cachas que hacen muchos burpees, proveen de coches lujosos a señoras pneumáticas, y saben colocarse un hueso roto, cazar osos y pescar peces con la mano, el hombre heinleiniano, si se me permite la expresión de nicho. Eso es el anarquismo liberal, no tan terrorífico como el anarquismo de izquierdas porque asume, en principio, cierta pluralidad de comunidades, pero igualmente una catástrofe humana, que nunca se realizará porque, si nos volviéramos de repente todos locos y lo lleváramos a cabo, sería sencillamente el feudalismo.
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Para que queden claros los puntos: tenemos a la derecha pepera intentando sus cosas de derechas desde el Estado y, por lo tanto, frustrando a sus extremistas porque sus peces gordos se vuelven cosmopolitas, porque visten batas y turbantes de colores y fuman en pipa, porque se venden a los plutócratas, porque plantan banderitas de arcoiris y hacen guiños a los wokes y al arte posmodernista, porque tienen que pactar con formaciones de dudosa procedencia, porque no se atreven a tocar derechos de señoras feroces, porque tienen que hacer negocios con los chinos, etc. Y luego estan los extremistas de derecha: los minarquistas y anarcocapitalistas que quieren hacer un Estado diminuto o inexistente y crear sus propias comunidades fuertes y solidarias, con hombres heterosexuales estoicos y cachas que hacen muchos burpees, proveen de coches lujosos a señoras pneumáticas, y saben colocarse un hueso roto, cazar osos y pescar peces con la mano, el hombre heinleiniano, si se me permite la expresión de nicho. Eso es el anarquismo liberal, no tan terrorífico como el anarquismo de izquierdas porque asume, en principio, cierta pluralidad de comunidades, pero igualmente una catástrofe humana, que nunca se realizará porque, si nos volviéramos de repente todos locos y lo lleváramos a cabo, sería sencillamente el feudalismo.