Que las grandes ciudades españolas tengan un 40% de extranjeros me parece una pasada. Pero los números me cuadran con las dos últimas grandes empresas en las que he trabajado. En mi propio pueblo es imposible darte un paseo ya sin ver moros, rumanos y pakis.
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Vamos camino de un nuevo califato.
Tranquilos, cuando suceda dejaran de venir europeos del este y sudamericanos