#2 Encantado, ¿pero de qué cojones vivimos?
Hasta que no se instale como dios manda el teletrabajo, ni tengamos garantizado absolutamente nada por el Estado (ni el cartón sobre el que dormir si nos echan de casa), dependemos de trabajos de mierda en ciudades de cierto tamaño.
Hasta que no se instale como dios manda el teletrabajo, ni tengamos garantizado absolutamente nada por el Estado (ni el cartón sobre el que dormir si nos echan de casa), dependemos de trabajos de mierda en ciudades de cierto tamaño.