1.- El gran amigo de la juventud de Hitler, August Kubizek, contó que Adolf le había dicho que se sentía muy contento de librarse del rústico apellido Schicklgruber. Evidentemente, el grito “¡Heil, Schicklgruber!” no hubiese sonado bien como saludo al “Führer”, y quién sabe si la Historia hubiese cambiado…

2- De esta época provienen también los cuentos sobre la cobardía de Hitler en la I Guerra Mundial, su homosexualidad (de vez en cuando aún siguen publicándose libros sobre este supuesto “gran secreto de Hitler” que se basan en patrañas de aquellos tiempos)