Cómo no, gitanos liándola.
Un colectivo absolutamente enyoncado y dependiente de las subvenciones, donde el trapicheo y el crimen es lo habitual, y la excepción es la integración, el trabajo o el estudio (que les hacen hasta artículos cuando un gitano se saca una carrera).
Tuve la desgracia de vivir en un barrio de gitanos unos años. El olor a marihuana, una constante. Las palmas de madrugada, niñatos fardando de haberle robado el móvil a un payo (entre varios, que son muy valientes), una batea para escombros hasta arriba de sustrato, plantaciones en los patios interiores de edificios, coches sin seguro/ITV. Fachadas que daban asco y pisos reformadísimos con pantallas gigantescas...
Y ni dios tiene los santos cojones de hablar de este tema, ni mucho menos abordarlo. Les siguen dando la paguita por parasitar, y ale, a hacer que no pasa nada.
Un colectivo absolutamente enyoncado y dependiente de las subvenciones, donde el trapicheo y el crimen es lo habitual, y la excepción es la integración, el trabajo o el estudio (que les hacen hasta artículos cuando un gitano se saca una carrera).
Tuve la desgracia de vivir en un barrio de gitanos unos años. El olor a marihuana, una constante. Las palmas de madrugada, niñatos fardando de haberle robado el móvil a un payo (entre varios, que son muy valientes), una batea para escombros hasta arriba de sustrato, plantaciones en los patios interiores de edificios, coches sin seguro/ITV. Fachadas que daban asco y pisos reformadísimos con pantallas gigantescas...
Y ni dios tiene los santos cojones de hablar de este tema, ni mucho menos abordarlo. Les siguen dando la paguita por parasitar, y ale, a hacer que no pasa nada.