Tras conocerse los hechos, desde la Diócesis de Jaén se inició el proceso canónico correspondiente y, en días sucesivos, «se celebraron actos de desagravio para pedir perdón a Dios, padre bueno, para que mire con misericordia a su pueblo y conceda a todos el perdón y la paz», según confirman desde el Obispado.
¡Cuántos actos de desagravio deberían celebrarse en muchas sacristías...!
¡Cuántos actos de desagravio deberían celebrarse en muchas sacristías...!