1.- Usaremos el sobrenombre “Stalin” (“de acero”) en lugar del nombre real, Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, como también citaremos a los personajes históricos por el apelativo por el que los hemos conocido siempre.
2.- Muchos de los “tiranos” nos han llegado con esa fama debido al desprestigio que sembraron sus enemigos: Nerón, Calígula, Cómodo. Heliogábalo, Ivan “el Terrible”, Robespierre, etc, no fueron gobernantes benéficos, ni tal vez justos, pero muchas de las crueldades que se les atribuyeron lo fueron en medio de campañas de propaganda. El propio Hitler no actuó contra los judíos porque sí, sino porque pensaba que eran una infestación para la raza aria, y el genocidio cometido finalmente dependió tanto de su aberrante visión de las “razas inferiores” como de la desesperación por la derrota que se acercaba.
3.- Esto sorprenderá a muchos lectores, acostumbrados a oír relatos sobre el genocidio de los “Kulaks” y el Holodomor de Ucrania. Pero lo cierto es que las cifras fueron muy exageradas por la propaganda antisoviética de la derecha de USA, luego por los nazis, Occidente en la Guerra Fría, Jrushov en su desestalinización… hasta llegar a los actuales nacionalistas ucranianos. En cuanto a los “Kulaks”, lo cierto es que Rusia estaba sometida a unas hambrunas cíclicas debido a la pésima organización de la agricultura. Las reformas zaristas -destinadas a crear unos campesinos acomodados favorables al zar- y los primeros repartos de tierra de los bolcheviques, crearon la clase de los “kulaks”, verdaderos “campesinoburgueses”, que se negaron a la colectivización, y fueron ferozmente reprimidos por el Gobierno bolchevique. Aunque la mortandad fue enorme, la verdad es que, de haber permitido que los campesinos acapararan y especularan con los cereales, el número de muertos en las zonas no agrarias, ciudades, etc, podría haber sido mucho mayor. Por cierto, la política agraria soviética acabó con las hambrunas cíclicas.
4.- En la visión maniquea de cierta propaganda occidental capitalista (Stalin = malo; Trotsky = menos malo y víctima) se deja de lado que, si consideramos la Revolución como mala, Trotsky era mucho más peligroso para el capitalismo de la época.
5.- Incluida la disputa entre Francia y Alemania por Alsacia-Lorena, entre Rusia y Japón por las islas del Pacífico, las Colonias españolas… Pocos territorios se independizaban pacíficamente contra una potencia militar superior, por entonces. (Y ahora, sólo si interesa)
6.- Por ejemplo, Leningrado quedaba a dos pasos de Finlandia y de Estonia, ambos países con motivos para ser antirrusos; la frontera occidental de Rusia había sido trasladada 700 km al Este, a un tiro de piedra de Misnk
7.- Los checoslovacos exigieron la inclusión de esta cláusula para que Francia les sirviese para evitar una invasión soviética no deseada, pese a que Checoslovaquia y la URSS no tenían fronteras comunes. Sin embargo, como veremos, esta cláusula sirvió precisamente para condenar a su país en Munich (1938).
8.- Los tres países más favorecidos del derrumbe del Imperio Búlgaro y Austrohúngaro (Yugoslavia, Checoslovaquia y Rumanía) fundaron en 1921 “La Petite Entente” (“¿Los Aliaditos”?) con intención de evitar el revisionismo de los Tratados que siguieron al final de la I Guerra Mundial
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1.- Usaremos el sobrenombre “Stalin” (“de acero”) en lugar del nombre real, Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, como también citaremos a los personajes históricos por el apelativo por el que los hemos conocido siempre.
2.- Muchos de los “tiranos” nos han llegado con esa fama debido al desprestigio que sembraron sus enemigos: Nerón, Calígula, Cómodo. Heliogábalo, Ivan “el Terrible”, Robespierre, etc, no fueron gobernantes benéficos, ni tal vez justos, pero muchas de las crueldades que se les atribuyeron lo fueron en medio de campañas de propaganda. El propio Hitler no actuó contra los judíos porque sí, sino porque pensaba que eran una infestación para la raza aria, y el genocidio cometido finalmente dependió tanto de su aberrante visión de las “razas inferiores” como de la desesperación por la derrota que se acercaba.
3.- Esto sorprenderá a muchos lectores, acostumbrados a oír relatos sobre el genocidio de los “Kulaks” y el Holodomor de Ucrania. Pero lo cierto es que las cifras fueron muy exageradas por la propaganda antisoviética de la derecha de USA, luego por los nazis, Occidente en la Guerra Fría, Jrushov en su desestalinización… hasta llegar a los actuales nacionalistas ucranianos. En cuanto a los “Kulaks”, lo cierto es que Rusia estaba sometida a unas hambrunas cíclicas debido a la pésima organización de la agricultura. Las reformas zaristas -destinadas a crear unos campesinos acomodados favorables al zar- y los primeros repartos de tierra de los bolcheviques, crearon la clase de los “kulaks”, verdaderos “campesinoburgueses”, que se negaron a la colectivización, y fueron ferozmente reprimidos por el Gobierno bolchevique. Aunque la mortandad fue enorme, la verdad es que, de haber permitido que los campesinos acapararan y especularan con los cereales, el número de muertos en las zonas no agrarias, ciudades, etc, podría haber sido mucho mayor. Por cierto, la política agraria soviética acabó con las hambrunas cíclicas.
4.- En la visión maniquea de cierta propaganda occidental capitalista (Stalin = malo; Trotsky = menos malo y víctima) se deja de lado que, si consideramos la Revolución como mala, Trotsky era mucho más peligroso para el capitalismo de la época.
5.- Incluida la disputa entre Francia y Alemania por Alsacia-Lorena, entre Rusia y Japón por las islas del Pacífico, las Colonias españolas… Pocos territorios se independizaban pacíficamente contra una potencia militar superior, por entonces. (Y ahora, sólo si interesa)
6.- Por ejemplo, Leningrado quedaba a dos pasos de Finlandia y de Estonia, ambos países con motivos para ser antirrusos; la frontera occidental de Rusia había sido trasladada 700 km al Este, a un tiro de piedra de Misnk
7.- Los checoslovacos exigieron la inclusión de esta cláusula para que Francia les sirviese para evitar una invasión soviética no deseada, pese a que Checoslovaquia y la URSS no tenían fronteras comunes. Sin embargo, como veremos, esta cláusula sirvió precisamente para condenar a su país en Munich (1938).
8.- Los tres países más favorecidos del derrumbe del Imperio Búlgaro y Austrohúngaro (Yugoslavia, Checoslovaquia y Rumanía) fundaron en 1921 “La Petite Entente” (“¿Los Aliaditos”?) con intención de evitar el revisionismo de los Tratados que siguieron al final de la I Guerra Mundial