Era una demostración de descaro digna de aparecer en un libro de texto. Mientras los cohetes trazan líneas blancas a través del cielo nocturno en la víspera de Año Nuevo el año pasado, el coronel Olivier Rafowicz expresó su indignación ante los periodistas: “Para aquellos que se preguntan por qué Israel tiene que eliminar a Hamas, aquí está su respuesta. Los terroristas de Hamas bombardean indiscriminadamente las ciudades israelíes a medianoche al comenzar el nuevo año. Israel tiene la obligación de eliminar esta amenaza de una vez por todas”.
No se informó de bajas israelíes, pero el 31 de diciembre el bombardeo de Gaza por parte de las FDI continuó sin interrupción, causando hasta 300 muertos, como cualquier otro día. Pocos días después, el número total de palestinos “neutralizados”, al menos un tercio de ellos niños, superó los 22. 000. Mientras tanto, en la víspera de Navidad, el ataque aéreo de Israel contra el campo de refugiados de Maghazi había matado a un centenar de personas. Sobre esto, Rafowicz no dijo nada.
Rafowicz es un oficial de reserva francés de las FDI y ex jefe de la delegación de París de la Agencia Judía para Israel, que ayuda a los ciudadanos franceses a emigrar a Israel. Desde el 7 de octubre ha sido portavoz frecuente de las FDI en los medios de comunicación franceses, papel que también desempeñó en guerras anteriores contra Gaza. En 2015 se unió al partido Yisrael Beiteinu (Israel is Our Home) del ultranacionalista Avigdor Lieberman en un momento en que Lieberman, como ministro de Relaciones Exteriores, estaba considerando la posibilidad de “trasladar” a algunos ciudadanos palestinos de Israel fuera del país, lo que habría sido un crimen de lesa humanidad según el derecho internacional.
Adoptar esta posición de extrema derecha no ha impedido que Rafowicz desarrolle relaciones amistosas con el gobierno de Macrón y con los medios de comunicación franceses. El coronel de las FDI tiene invitación garantizada a una gran cantidad de estudios de televisión y radio y poco temor a ser interrogado de cerca e incluso a expresar y defender ideas y opiniones consideradas expresiones de odio y apologéticas de la limpieza étnica de todo un pueblo, el palestino. Roxane Rouas-Rafowicz forma parte del comité ejecutivo de MEDEF, la federación patronal de medios de comunicación francesa, y dirige el grupo Studio Fact Media Group, que trabaja con la emisora pública nacional France Télévisions, LCP (el canal parlamentario) y RTBF, la emisora belga francófona. Ambos, marido y esposa, forman un equipo de desinformación tanto desde la oficialidad de la portavocía de Israel como desde el ámbito de los medios, presumidamente neutrales, en Francia.
El Tsáhal se cuela en nuestros salones
Israel dispone de una vasta red de embajadores y propagandistas de todo tipo para defender sus intereses, imponer su discurso y silenciar a sus críticos, presentándose las más de las veces como víctima de sus enemigos árabes. Su estrategia es más eficaz en tanto en cuanto Tel Aviv goza de la aparente simpatía de numerosos medios de comunicación occidentales, ante los cuales Israel parece estar legitimada para hacer cualquier cosa, por contraria a la ley que sea ésta.
Israel tiene varias armas a su disposición: la fuerza aerea, naval, terrestre, aeroespacial... con ellas masacra espía y extorsiona. Pero la más importante es la propaganda, sin ella o sin su éxito no sería capaz de usar las otras, siempre con el permiso de los países occidentales donde esa propaganda, Hasbara, como si se tratase de baterías de artillería, posiciones de trinchera y fortificaciones antiaereas, es desplegada en nuestro propio entorno mediático, con el fin de manipular nuestra opinión pública y hacer así a nuestros países y sociedades cómplices de su genocidio.
Es por tanto la hasbará, el arma desplegada en nuestra propia tv, radio o diario en papel o digital, el arma que debemos inutilizar la primera. Hay que aislarles, senalarles, y como más de un centenar de periodistas norteamericanos están haciendo ahora mismo con el equipo del NYT que publicó el bulo de las violaciones planificadas masivas el 7 de Octubre, desmontarles y denunciarles ante la sociedad y la justicia.
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No se informó de bajas israelíes, pero el 31 de diciembre el bombardeo de Gaza por parte de las FDI continuó sin interrupción, causando hasta 300 muertos, como cualquier otro día. Pocos días después, el número total de palestinos “neutralizados”, al menos un tercio de ellos niños, superó los 22. 000. Mientras tanto, en la víspera de Navidad, el ataque aéreo de Israel contra el campo de refugiados de Maghazi había matado a un centenar de personas. Sobre esto, Rafowicz no dijo nada.
Rafowicz es un oficial de reserva francés de las FDI y ex jefe de la delegación de París de la Agencia Judía para Israel, que ayuda a los ciudadanos franceses a emigrar a Israel. Desde el 7 de octubre ha sido portavoz frecuente de las FDI en los medios de comunicación franceses, papel que también desempeñó en guerras anteriores contra Gaza. En 2015 se unió al partido Yisrael Beiteinu (Israel is Our Home) del ultranacionalista Avigdor Lieberman en un momento en que Lieberman, como ministro de Relaciones Exteriores, estaba considerando la posibilidad de “trasladar” a algunos ciudadanos palestinos de Israel fuera del país, lo que habría sido un crimen de lesa humanidad según el derecho internacional.
Adoptar esta posición de extrema derecha no ha impedido que Rafowicz desarrolle relaciones amistosas con el gobierno de Macrón y con los medios de comunicación franceses. El coronel de las FDI tiene invitación garantizada a una gran cantidad de estudios de televisión y radio y poco temor a ser interrogado de cerca e incluso a expresar y defender ideas y opiniones consideradas expresiones de odio y apologéticas de la limpieza étnica de todo un pueblo, el palestino. Roxane Rouas-Rafowicz forma parte del comité ejecutivo de MEDEF, la federación patronal de medios de comunicación francesa, y dirige el grupo Studio Fact Media Group, que trabaja con la emisora pública nacional France Télévisions, LCP (el canal parlamentario) y RTBF, la emisora belga francófona. Ambos, marido y esposa, forman un equipo de desinformación tanto desde la oficialidad de la portavocía de Israel como desde el ámbito de los medios, presumidamente neutrales, en Francia.
El Tsáhal se cuela en nuestros salones
Israel dispone de una vasta red de embajadores y propagandistas de todo tipo para defender sus intereses, imponer su discurso y silenciar a sus críticos, presentándose las más de las veces como víctima de sus enemigos árabes. Su estrategia es más eficaz en tanto en cuanto Tel Aviv goza de la aparente simpatía de numerosos medios de comunicación occidentales, ante los cuales Israel parece estar legitimada para hacer cualquier cosa, por contraria a la ley que sea ésta.
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“Descaro” se queda corto para las consecuencias de esto.
“Proyección psicopática”, sería más apropiado.
Otro ejemplo más de Hasvara lo vimos ayer en Eurovisión.
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Es por tanto la hasbará, el arma desplegada en nuestra propia tv, radio o diario en papel o digital, el arma que debemos inutilizar la primera. Hay que aislarles, senalarles, y como más de un centenar de periodistas norteamericanos están haciendo ahora mismo con el equipo del NYT que publicó el bulo de las violaciones planificadas masivas el 7 de Octubre, desmontarles y denunciarles ante la sociedad y la justicia.
cc #4