"La respuesta legal a las protestas en el Reino Unido se ha transformado a un ritmo sorprendente. Las acciones han sido recientemente criminalizadas; encerrarse, llevar pegamento a las protestas, caminar lentamente por la calle. El crecimiento en el uso de medidas cautelares privadas ha permitido a las corporaciones imponer multas abrumadoras por, digamos, bloquear ciertas carreteras o sentarse en terminales petroleras."

"Los delitos existentes se han intensificado, de modo que lo que antes podía generar una pequeña multa, como sentarse en la calle, ahora puede conducir rápidamente a prisión. Se están eliminando las defensas; Los jueces han dicho a algunos manifestantes que ni siquiera pueden mencionar la emergencia climática en el tribunal, y son encarcelados si lo hacen. Las largas penas de prisión se están normalizando."