#5 Bueno, yo hablo por experiencia propia. He tenido dos relaciones serias de varios años, y en ambas al separarnos nos hemos tratado exquisitamente y sin pedir nada ninguno al otro. Con veintipocos tuve una vecina, también estudiante universitaria, que quería una relación conmigo. Y a mí me trataba como a un marajá, pero veía que a los demás no los trataba tan bien. Que a veces era un poquito hija de puta. Y no quise nada con ella. Pensaba "el día que peleemos a saber qué hace". Y mira que en aquellos tiempos la cosa no era como ahora, pero pasaba de ponerme a mí mismo piedras en el camino.
Hay hombres que ni uno ni lo otro, y no se merecen pasarlas canutas por culpa de una ley injusta