#1 Nunca hagas caso de la propaganda. Durante la carrera espacial, esa que "ganó" USA en el único momento en que consiguieron ponerse en cabeza, los ingenieros yankees estaban convencidos de que un motor cohete criogénico de ciclo cerrado era casi imposible de fabricarse por la complejidad del sistema y por el poco beneficio en propulsión que se estimaba, y también por los costes desorbitados. Algún ingeniero soviético también lo consideraba imposible, con la salvedad de que ese ingeniero estaba peleado con Korolyov. Luego, cuando llamaron al ingeniero soviético Nikolái Kuznetsov para evitar las broncas de Glushkó con Korolyov, este ingeniero que venía de fabricar motores de hélice y de turbina para aviones no sabía que era casi imposible de hacerse, y como no sabía eso fue y fabricó uno, el NK-9. Si alguien te dice que la ingeniería rusa es mala, ignórale, es propaganda. La ingeniería rusa (o soviética en su momento) tenía un planteamiento algo diferente, tenía que funcionar siempre aunque el resultado fuese feo. Debía poderse arreglar por un mecánico borracho con un martillo (eso lo dijo un directivo de Kamaz)