#14 Creo que no se le imputan asesinatos a CEDADE (aunque tuvieron gente turbia y no me extrañaría), no es lo mismo.
Lo del piloto tampoco es lo mismo, en la Luftwaffe había soldados, no todos serían nazis, de hecho había tensiones entre el partido y el ejército (Rommel terminó jodido). Además era un combatiente de uniforme en una guerra: no era terrorismo.
Me voy a ver la entrevista al de CEDADE, me interesan esas mierdas. Gracias.
#16 Algo más: tengo mi propia granja de clones de Hitler en una masía de Gerona. Cuando vayan madurando los repartiré entre familias adecuadas, a ver si alguno sale al original.
El anterior intento lo hicimos en Brasil, pero todo se volvió un poco loco.
La herencia genética puede hacer que brote un mostacho germánico y ario, pero luego el sujeto debería darle la forma adecuada.
El problema es que el primer Adolf imitaba a Chaplin, que era el que estaba de moda entonces, y ahora están de moda el rubius ese o los del reguetón. Te puede salir de la probeta y meterse a los Latin King, en vez de al NSDAP. Los chicos están muy confusos hoy.
Es el viejo debate culture/nurture, pero tampoco queremos agobiar a los chavales: que jueguen, que pinten, yo qué sé... Ya habrá tiempo para más.
Lo del piloto tampoco es lo mismo, en la Luftwaffe había soldados, no todos serían nazis, de hecho había tensiones entre el partido y el ejército (Rommel terminó jodido). Además era un combatiente de uniforme en una guerra: no era terrorismo.
Me voy a ver la entrevista al de CEDADE, me interesan esas mierdas. Gracias.
El anterior intento lo hicimos en Brasil, pero todo se volvió un poco loco.
*
La herencia genética puede hacer que brote un mostacho germánico y ario, pero luego el sujeto debería darle la forma adecuada.
El problema es que el primer Adolf imitaba a Chaplin, que era el que estaba de moda entonces, y ahora están de moda el rubius ese o los del reguetón. Te puede salir de la probeta y meterse a los Latin King, en vez de al NSDAP. Los chicos están muy confusos hoy.
Es el viejo debate culture/nurture, pero tampoco queremos agobiar a los chavales: que jueguen, que pinten, yo qué sé... Ya habrá tiempo para más.