#1 el caso es que se están avanzando hipótesis interesantes en el papel de las deficiencias de la microbiota intestinal a la hora de provocar diversos trastornos neurológicos, no solo del autismo, pero existen evidencias de que varias enfermedades mentales podrían tener su origen en una microbiota alterada; ha habido casos de personas con depresión que al recibir un transplante de materia fecal, han perdido la depresión. Algunos niños autistas que fueron tratados con antibióticos específicos para atacar una bacteria intestinal mejoraron su condición autista mientras recibían el tratamiento, pero al dejar de recibirlo volvieron a recaer. Al menos son pasos en el sentido que parece adecuado (ya lejos del estafador aquel de las vacunas)