No sabía que Ana Rosa Quintana había tenido que sufrir a una turba día y noche a las puertas de su casa, ni que la familia de Pablo Iglesias o Irene Montero estuvieran relacionadas con Villarejo. Hemos llegado a un punto en el que los verdugos se creen víctimas.
Irene nos abrió la puerta a ello, alabada sea
twitter.com/IreneMontero/status/1529442166606635010