Claro, una cosa es el precio de compra y otra los costes que vienen con el producto a lo largo de su vida, esto no aplica solo a los ordenadores sino a muchos otros productos (coches, por ejemplo). Este tipo de análisis de costes se hacen a menudo en entornos empresariales, pero los consumidores de a pie raramente nos fijamos en más que en el coste de compra.