Cada ataque ucraniano suele tener como respuesta un zarpazo contundente. El símil sería más o menos como en las películas de Bud Spencer, donde tenías al típico tirillas aporreando la tripa del bueno de Bud, mientras este bostezaba, para al rato, responder con un manotazo a mano abierta a la altura del cuello que terminaba con el figura haciendo una pirueta de 360º cayendo de morros contra el suelo.