Yo creo que no somos conscientes de lo que hemos vivido con estas dos tiparracas. Estaba escuchando la radio, y, claro, cero comentarios al respecto. Si se hicieran eco como se hicieron de la campaña de "Juana Rivas está en mi casa" y de su indulto posterior, lo que escucharíamos sería algo tan escandaloso como esto:
"Al final Juana Rivas no era una madre coraje, sino una desequilibrada que no sólo secuestró a sus hijos para evitar que tuvieran relación legítima con su padre, no sólo se inventó episodios de maltrato contra ella y los niños, no sólo engañó a la opinión pública y a las autoridades españolas, sino que manipuló a sus hijos para que refrendaran su historia.
Obligó a unos niños a mentir para hacerle daño a su padre, les chantajeó con no dejarles ir a visitarlo. Y nuestra ministra de Igualdad dándole soporte, dando la cara por ella, poniéndola de ejemplo de la sociedad machista en la que vivimos, se desgañitaba Irene Montero con este caso, que si el patriarcado, que si todas esas cosas, y ahora que la mentira se descubre calla como la cobarde sectaria que es. Como tantas otras veces donde ha metido la pata hasta el fondo.
Y el daño no sólo se lo hace al Gobierno, a las instituciones y a su partido, sino que con su fanatismo está dañando a las mujeres, porque ahora no puede volverse atrás, y ha quedado como la que defiende a las locas del coño, a las maltratadoras, a cualquiera, porque el 'hermana, yo sí te creo' va por delante de todo, arrasando a la lógica, a la investigación y a la presunción de inocencia. Todo por apuntarse la primera ante cualquier caso que se pueda meter en el saco de la "violencia machista" desde el minuto cero. Claro, luego muchas veces la realidad la deja en ridículo y en lugar de pedir disculpas y, quizás, aprender para la próxima vez, se dedica a borrar tuits. ¿Qué credibilidad le queda? ¿No han dimitido o sido cesados ministros por muchísimo menos?"