#5 En 1988 a mi madre la operaron de cáncer de colon, el cirujano dijo que en cuanto estuviera terminado vendría enseguida y nos lo diría, tardó dos horas en venir y lo hizo fumando un puro por el pasillo de la clínica diciendo a quien quisiera oírle "que no se podía hacer nada, que el cáncer había hecho metástasis que le llegaban hasta el hígado", resultado, mi padre operado del corazón, murió cuatro días antes que mi madre del impacto que sufrió. Años después nos encontramos en la consulta de un compañero de estudios y al mirarme me dijo: ¿yo te conozco de algo verdad? y le contesté "sí, tu operaste a mi madre y mataste a mi padre", salió de la consulta, a la que por cierto había entrado sin pedir permiso y mientras recapacitaba sobre lo que le había contado mi amigo me dijo que estaba loca, que a que santo le decía eso, precisamente a ese doctor, le respondí que esa era la verdad, cuando el cirujano que operó a mi madre volvió me espetó que él no operaba en esa clínica y yo le respondí "ahora puede que no, pero en 1988, sí y le diste a mi padre la noticia del pronto fallecimiento de mi madre con tan poca delicadeza que cuatro días antes murió el del corazón", se calló, no me dijo nada y sin embargo las veces que nos hemos encontrado por la calle nos saludamos, así funciona esta vida y las leyes del tabaco, con las que por cierto estoy de acuerdo.