La historia puede ser perfectamente cierta. A fin de cuentas, se trata de una pareja controladora, celosa y en una época de "desenfreno" (por lo que dice, prácticamente vivía de fiesta) y que, por tanto, en un momento dado, pierde el control. Y para taparlo, utiliza una mentira que, digo yo, que creó inofensiva. El comportamiento descrito no creo que sea una cuestión de género. Aunque hoy en día esa mentira tiene una connotación que la convierte en despreciable, no sólo por el daño a su pareja (que también), sino por el daño a la sociedad y, en concreto, a la credibilidad de las mujeres.
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