Algunos se detendrán en que lo justo es que el país invasor pague los desperfectos y blablabla, pero al margen de panfletos, lo verdaderamente peligroso de este precedente es que se legitima el robo a CIUDADANOS por el mero hecho de ser de un país y claro, imaginemos que mañana decidamos que para reparar los daños a las víctimas del holocausto, se le puede robar a todos los CIUDADANOS, insisto, ciudadanos, de un determinado país, región, o etnia. Ahora mismo se me viene a la cabeza un ejemplo de alguien nacido pongamos en Alemania (¿porqué será?).

De momento solo es una propuesta, pero imaginemos que se lleva a cabo.

Pues eso, robamos a los catalanes si no aceptan ser españoles, o a los heteros si no aceptan mandar a sus hijos a charlas sobre ideología de género y así un largo etcétera.

Al margen de ideologías, lo gravísimo es lo que hay detrás.

Allá cada uno con sus ideas, pero que es grave lo es y mucho.