#3 No, ya vuelves a las andadas. Berta de Roberta, por llamarla Rigoberta, cosa que no le gustaba un pelo, te llevaste algún que otro puñetazo de más, sin contar los atribuíbles por el robo de los bollos. Reconoce que fuiste un muchacho travieso y si ahora guardas rencor hacia las personas con sobrepeso deberías buscar terapia.
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