Es un hombre siniestro, con el alma tan negra como una poza séptica. Es el que ha urdido todos los planes de defensa y dilación de los casos más sórdidos de la corrupción de su partido, el que ha atacado, insultado y vilipendiado a aquellos jueces que osaron poner la mira de la justicia en su partido, el que no ha tenido reparos y le ha sobrado estómago y desverguenza para enfrentarse irrespetuosa y altaneramente a los familiares de las víctimas de su aviesa incompetencia. Pagaba oro a cambio de mierda y dice que nos la comamos, que buena es para nosotros. Supo rodearse de escoria humana en sus equipos, seleccionados cuidadosamente entre la mugre por él mismo. Un tipo prescindible y abominable. Un pilar negro de su negra organización. Lo peor que se pueda uno echar a la cara. Y ahí le tienen, disfrutando del premio que sus jefes le condecen por sus servicios. Un canalla prototípico. Asco y repugnancia.