Odio que la medicina, y la inmunología en particular, lo fíe todo a los anticuerpos de los cojones. Los anticuerpos de mierda solo sirven para aplacar infecciones donde la carga viral es baja, cuando te expones poco o nada. Los anticuerpos son una linea de defensa débil o extremadamente débil, que cuando es superada, necesita apoyo de aviación y artillería (Macrófagos, Natural killer, T-cell).

Pero si te pegas toda la noche durmiendo al lado de tu mujer contagiada, respirando permanentemente el aire viciado, ahí no hay anticuerpos que sirvan.

Ahí entra en juego la inmunidad celular, que es un juego un tanto bestial y salvaje. Célula infectada = célula reventada por los linfocitos T. Pero es que no hay ningún, absolutamente ningún tratamiento en circulación, que estimule los linfocitos T.

Pero es que incluso las vacunas están mal diseñadas, porque lo que fomentan las vacunas, es que los linfocitos T revienten las células infectadas donde no es necesario (vasos sanguíneos y vasos linfáticos) cuando las células que deberían reventar están en las mucosas de las vías respiratorias. El virus entra en nuestro cuerpo a través de las mucosas, no por la sangre.

De ahí la utilidad de la famosa vacuna intranasal española que jamás saldrá a la luz.