#3 Une ejemplo de lo que dices
Los que tomaba el placebo consistentement tenian menos incidencia de infartos. Bastante mejoria respecto a los que tomaban el nuevo medicamento.
Es posible que los que se ponen la vacuna que suele ser voluntaria, se preocupen mas por la salud o sean menos reticentes a usar los servicios medicos. blogs.elpais.com/apuntes-cientificos-mit/2010/04/los-límites-de-la-ep
¿Son infalibles? Claro que no. Fijaros en este curioso caso: En los años 70 un ambicioso estudio clínico randomizado llamado “Coronary Drug Project” intentaba analizar si varios fármacos que reducían los índices de colesterol conseguían prevenir los ataques de corazón. Se reclutaron 8500 hombres de mediana edad con problemas coronarios previos, y se hicieron varios subgrupos. A uno de ellos se les dio el fármaco clofibrate, pero al cabo de cinco años, los investigadores no encontraron el mínimo efecto protector. ¿Qué pensaron? “a ver si algunos participantes en el estudio no siguieron correctamente el tratamiento…”. Les preguntaron a cada uno de ellos, y efectivamente comprobaron que bastantes participantes habían pasado olímpicamente de ir tomando la medicación. Comprobaron de nuevo la incidencia de enfermedad cardiaca, y vieron que en estos últimos era de un 25%, mientras que en aquellos que tomaron más del 80% de las pastillas era sólo del 15%. Respiraron tranquilos. El clofibrate sí tenía un efecto protector. Tema solucionado, ¿verdad? Sólo aparentemente. Al repetir el mismo análisis con los que habían sido recetados con placebo, también vieron que los que se saltaron el placebo tenían una incidencia del 28%, por un 15% los que siguieron a rajatabla el estudio. Conclusión: El tomar correctamente un placebo… ¡disminuía a la mitad el riesgo cardiovascular! Evidentemente, la interpretación fue otra: la persona que no sigue un tratamiento, posiblemente es también más despreocupada con otros factores que afectan a su salud. Es lo que los investigadores llaman el “Compliance bias”, uno de los muchos efectos distorsionadotes que se esconden detrás de los estudios clínicos.
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Los que tomaba el placebo consistentement tenian menos incidencia de infartos. Bastante mejoria respecto a los que tomaban el nuevo medicamento.
Es posible que los que se ponen la vacuna que suele ser voluntaria, se preocupen mas por la salud o sean menos reticentes a usar los servicios medicos.
blogs.elpais.com/apuntes-cientificos-mit/2010/04/los-límites-de-la-ep
¿Son infalibles? Claro que no. Fijaros en este curioso caso: En los años 70 un ambicioso estudio clínico randomizado llamado “Coronary Drug Project” intentaba analizar si varios fármacos que reducían los índices de colesterol conseguían prevenir los ataques de corazón. Se reclutaron 8500 hombres de mediana edad con problemas coronarios previos, y se hicieron varios subgrupos. A uno de ellos se les dio el fármaco clofibrate, pero al cabo de cinco años, los investigadores no encontraron el mínimo efecto protector. ¿Qué pensaron? “a ver si algunos participantes en el estudio no siguieron correctamente el tratamiento…”. Les preguntaron a cada uno de ellos, y efectivamente comprobaron que bastantes participantes habían pasado olímpicamente de ir tomando la medicación. Comprobaron de nuevo la incidencia de enfermedad cardiaca, y vieron que en estos últimos era de un 25%, mientras que en aquellos que tomaron más del 80% de las pastillas era sólo del 15%. Respiraron tranquilos. El clofibrate sí tenía un efecto protector. Tema solucionado, ¿verdad? Sólo aparentemente. Al repetir el mismo análisis con los que habían sido recetados con placebo, también vieron que los que se saltaron el placebo tenían una incidencia del 28%, por un 15% los que siguieron a rajatabla el estudio. Conclusión: El tomar correctamente un placebo… ¡disminuía a la mitad el riesgo cardiovascular! Evidentemente, la interpretación fue otra: la persona que no sigue un tratamiento, posiblemente es también más despreocupada con otros factores que afectan a su salud. Es lo que los investigadores llaman el “Compliance bias”, uno de los muchos efectos distorsionadotes que se esconden detrás de los estudios clínicos.