#1 Obviamente, nadie va a dejar que le robe nadie, si puede evitarlo, pero tampoco está bien lo que hizo después. Pudo llamar a la policía e informar de lo sucedido.
El ladrón murió un día después de dejarlo abandonado. No digo que tuviese que sentir lástima por él ni nada, pero lo correcto es lo correcto, dar parte a la policía. Imagina que no hubiese muerto, ahora andaría por ahí delinquiendo más veces.
#2 Efectivamente, ése ya no roba más.
Entiendo perfectamente que el conductor se diese a la fuga. Aún siendo todo en defensa propia, si avisas a la poli te la juegas. Por lo pronto te toca demostrar que efectivamente fue en defensa propia y convencer al juez y al fiscal.
En mi pueblo en los 80s, cuando todos los parques estaban plagadas de yonkis, uno fue a robarle la radio del coche a uno de mi pueblo. El tipo lo oyó y salió con la escopeta de cazar y lo llevó encañonado hasta el cuartel de la guardia civil. Resultado: el ladrón suelto, sin apenas condena por "intento de hurto" (ni siquiera robo, porque la radio no superaba cierta cantidad de dinero). El vecino, a juicio por el encañonamiento (no recuerdo en qué quedó su condena, pero peor que la del ladrón).
#5 Lo entiendo perfectamente, yo también conozco casos parecidos, pero insisto que uno debe hacer lo correcto, que es llamar a la policía y dar parte, no llevar encañonado a nadie a ningún sitio.
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El ladrón murió un día después de dejarlo abandonado. No digo que tuviese que sentir lástima por él ni nada, pero lo correcto es lo correcto, dar parte a la policía. Imagina que no hubiese muerto, ahora andaría por ahí delinquiendo más veces.
Entiendo perfectamente que el conductor se diese a la fuga. Aún siendo todo en defensa propia, si avisas a la poli te la juegas. Por lo pronto te toca demostrar que efectivamente fue en defensa propia y convencer al juez y al fiscal.
En mi pueblo en los 80s, cuando todos los parques estaban plagadas de yonkis, uno fue a robarle la radio del coche a uno de mi pueblo. El tipo lo oyó y salió con la escopeta de cazar y lo llevó encañonado hasta el cuartel de la guardia civil. Resultado: el ladrón suelto, sin apenas condena por "intento de hurto" (ni siquiera robo, porque la radio no superaba cierta cantidad de dinero). El vecino, a juicio por el encañonamiento (no recuerdo en qué quedó su condena, pero peor que la del ladrón).