Cuando cobraba casi un millón de euros al año por decir "me cago en la leche, Merche", no le parecía tan insoportable. O al menos no tanto como para no mantener la boca cerrada.
En fin, qué esperar de otro salvapatrias que ha resultado un defraudador, por no llamarlo ladrón.
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En fin, qué esperar de otro salvapatrias que ha resultado un defraudador, por no llamarlo ladrón.