Yo no veo mal poner impuestos a productos que luego redundan en una mala salud del consumidor y que son totalmente prescindibles ara el bienestar o la comodidad de la sociedad.
Luego, los demás tenemos que pagarle el hospital o el tratamiento para que adelgace, para la cirrosis o para el cáncer que hayan producido esos productos nocivos.
¿Por qué ha de pagar lo mismo una persona que porque se cuida genera menos gasto sanitario que otra que ha dado rienda suelta a su apetito caprichoso?