Estudio piloto comparativo sobre la salud de niños estadounidenses de 6 a 12 años vacunados y no vacunados [ENG]
Si los efectos de la vacunación sobre la salud se limitaran a la protección frente a los patógenos objetivo (como supuestamente debería ser), no se esperaría ninguna diferencia en los resultados entre los grupos vacunados y no vacunados, excepto por la reducción de las tasas de las enfermedades infecciosas objetivo. Sin embargo, en esta muestra homogénea de 666 niños hubo diferencias sorprendentes en diversos resultados sanitarios entre los grupos. Los vacunados tenían menos probabilidades de haber padecido varicela o tos ferina, como era de esperar, pero más probabilidades de haber sido diagnosticados de neumonía e infecciones de oído, así como de alergias y de trastornos del desarrollo neurológico (NDD).
Conclusiones
La evaluación de los efectos a largo plazo del calendario de vacunación sobre la morbilidad y la mortalidad ha sido limitada. En este estudio piloto de niños en edad preescolar vacunados y no vacunados, se observó una reducción de las probabilidades de varicela y tos ferina entre los vacunados, como era de esperar, pero se observó un aumento inesperado de las probabilidades de muchas otras afecciones diagnosticadas por médicos. Aunque el diseño transversal del estudio limita la interpretación causal, la solidez y consistencia de los hallazgos, la aparente relación "dosis-respuesta" entre el estado de vacunación y varias formas de enfermedad crónica, y la asociación significativa entre la vacunación y las NDD apoyan la posibilidad de que algún aspecto del actual programa de vacunación podría estar contribuyendo a los riesgos de morbilidad infantil. La vacunación también se mantuvo significativamente asociada a los NDD tras controlar otros factores, mientras que el nacimiento prematuro, considerado durante mucho tiempo un importante factor de riesgo de NDD, no se asoció a los NDD tras controlar la interacción entre el nacimiento prematuro y la vacunación. Además, el nacimiento prematuro junto con la vacunación se asoció con un aparente aumento sinérgico de las probabilidades de TND por encima de las de la vacunación por sí sola. No obstante, los resultados del estudio deben interpretarse con cautela. En primer lugar, se necesita más investigación para replicar los resultados en estudios con muestras más grandes y diseños de investigación más sólidos. En segundo lugar, sujetos a replicación, deberían identificarse y abordarse los factores potencialmente perjudiciales asociados al calendario de vacunación y comprenderse mejor los mecanismos subyacentes. Estos estudios son esenciales para optimizar el impacto de la vacunación en la salud infantil.
