Cuando se cumple un año del inicio de la frustrada «Operación Militar Especial» rusa, básicamente un intento de decapitación del Gobierno de Zelensky, degenerada posteriormente en la guerra de desgaste a la que todavía asistimos, la ayuda internacional continúa afluyendo a Ucrania, buscando situar a este país en una posición más fuerte bien para lanzar su ofensiva, bien para forzar una negociación. China, que no puede dejar caer a Rusia, ha presentado en las últimas horas su propuesta de paz, que busca en parte evitar a su aliado la posibilidad