Aunque su primer vuelo fue en diciembre de 1964 y su entrada en servicio en 1966, el Lockheed SR-71 Blackbird sigue pareciendo salido de una película de ciencia ficción. Para mí no hay duda alguna de que es uno de los aviones más fascinantes jamás construido. Y es que para volar rutinariamente a Mach 3,2 (unos 3.400 kilómetros por hora) y a una altura de unos 26 kilómetros hicieron falta soluciones cuando menos ingeniosas.