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Lawrence de Arabia, o la No-Tan-Exitosa-Revuelta Árabe (y IX). El Tratado Sykes-Picot

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El Tratado1 Sykes-Picot es un pacto entre Reino Unido y Francia, que se hizo extensivo a Rusia, en el que se diseñaba el futuro de Oriente Medio en caso de que la Entente consiguiera la victoria final. Al publicarlo los bolcheviques en Noviembre de 1917 (para dejar en mal lugar a la Entente) levantó un gran revuelo, y ha sido utilizado desde entonces por los árabes para ilustrar la “traición” occidental.

Como ya hemos explicado, el Alto Comisionado Británico en Egipto (Sir Henry McMahon) y el Sherif de La Meca y Medina (Husayn ibn Alí) habían entablado contactos, a petición de Husayn, en los que se exploraba la posibilidad de que este último (engañando a los británicos, a los que hizo creer que contaba con la adhesión de “todo el Mundo Árabe, sin excepción” y con unas fuerzas militares que estaba muy lejos de poder reunir) encabezase una rebelión de los árabes contra su Soberano, el Sultán y Califa.

Hemos estudiado la Correspondencia en los capítulos III-VI de esta serie. Hemos visto que, aparte de las consideraciones económicas y de suministros (todo lo pagaban los británicos, incluyendo generosas subvenciones para toda la familia de Husayn), McMahon tuvo el buen sentido de no ofrecer más que los “territorios puramente árabes” y dejar claro que no podía comprometer nada sin contar con los aliados rusos y franceses.

Así las cosas, la Correspondencia McMahon-Husayn no es un tratado vinculante, ya que –aparte de estar viciado por las falsedades de Husayn- no fue ratificado por los británicos, ni sometido a la aceptación de los Aliados ruso y francés, lo que hubiera sido obligatorio.

Sin embargo, como hemos visto, el Gobierno británico consideró necesario informar a Francia de lo que se estaba negociando, justo al día siguiente de que el Foreign Office marcó a McMahon las líneas que debía seguir. Como los intereses rusos no alcanzaban la zona en discusión, y sólo eran contactos preliminares, Rusia no fue informada de momento.

Las negociaciones fueron llevadas por Mark Sykes, por el Reino Unido, y Georges Picot, por Francia. No hay espacio aquí para desarrollar su contenido en extensión, pero debemos saber que, pese a que los árabes culpan a los británicos de todos los males, la postura francesa fue mucho más colonialista, y –por ejemplo- no quiso saber nada de ofrecer la independencia a los países árabes.2

Por el contrario, contraprogramó la propuesta inglesa (protectorados, Palestina internacional y futura independencia árabe) con una propuesta de reparto puro y duro de los territorios (adjudicándose Palestina) y, secretamente, instruyó a Picot que, como mucho, podía aceptar una independencia futura de los vilayatos (regiones) de Basora y Bagdad, con la península arábiga, e internacionalizar Jerusalén y Belén3.

Sin embargo, la derrota en Gallipoli, en una campaña que meses atrás parecía estar cerca de dar el triunfo a la Entente, hizo que los franceses rebajaran su postura y, finalmente, el 3 de Enero, Sykes y Picot llegaron a un acuerdo inicial en el que Francia y Reino Unido se pusieron de acuerdo en "reconocer y proteger un Estado Árabe independente o una Confederación de Estados Árabes [...] bajo la soberanía de un Jefe Árabe". (imagen)4

En realidad, la oferta al futuro Estado Árabe se ceñía a lo ofrecido por McMahon (estados puramente árabes, y no perjuicio a los intereses de sus aliados5. Además, era mucho más de lo que merecían la escasa ayuda militar y fidelidad que caracterizó la “Rebelión Árabe”.

Pero ¿y las acusaciones de secretismo y falta de sinceridad con sus aliados árabes que tanto se hace a los ingleses y franceses, desde que los bolcheviques publicaron oficialmente el Tratado? Me alegro de que me haga esa pregunta:

- En realidad, como ya he explicado, no hubo ningún compromiso en las Conversaciones McMahon – Husayn, que no pasaron de contactos que inició y terminó el sherif, para continuar hasta casi el final de la Gran Guerra jugando un doble juego y traicionando a todo el mundo.

- Así, de tener alguien queja con los británicos, bien podrían ser los rusos y franceses, por entablar esas famosas conversaciones, o el resto de aliados árabes del Reino Unido, mucho más fieles y poderosos, pero menos favorecidos.

- El motivo de que se llevase temporalmente en secreto la negociación franco-ruso-británica no fue desdecirse de sus promesas a los árabes.6

- No hay ninguna contradicción sustancial entre la postura de McMahon en las Conversaciones, y el Tratado Sykes- Picot.7

- Por último… pero no menos importante, pese a lo que se ha dicho antes, hay pruebas de que los nacionalistas sirios de Damasco y la “Gran Siria” conocían este tratado por filtraciones, y no se produjeron protestas porque, en el fondo, se les prometía mucho más de lo que podían conseguir por sí mismos.

comentarios (1)
  1. Rob_Ben_Gebler
    1.- Aunque casi todo el mundo habla de “Acuerdo Sykes-Picot”, usaré el término Tratado, que en Derecho Internacional designa un pacto entre dos o más países (sobre todo si, como en este caso, es refrendado por el Gobierno y el Parlamento de cada nación), vinculante y de obligado cumplimiento; mientras que reserva el término de Acuerdo para un compromiso formal, pero de inferior rango y menos vinculante.

    2-. La postura francesa colonialista fue una constante durante el siglo XX, hasta culminar con los desastres de Vietnam y Argelia.

    3.- Picot mostró ser un duro e imperturbable negociador. Con la mosca tras la oreja ante las maravillas que oía de Husayn, pidió pruebas de la supuesta fuerza de los hashemitas entre los árabes de Oriente Medio (en lo que no le faltaba razón) y, cuando fue advertido de la posibilidad de una sublevación de las colonias del Magreb contra Francia, afirmó, sarcásticamente, que las posesiones francesas de África eran más fieles a la Entente que las de Gran Bretaña, y ofreció la ayuda francesa, en caso de necesidad, para vencer una posible rebelión contra el Imperio Británico. Con dos pelotas.

    4.- La zona del futuro Estado Árabe, de Alepo a Rawandiz (Kurdistán Irani) en el Norte, y de la frontera Egipcio-Otomana (con el Sinaí bajo gobierno egipcio) a Kuwait en el Sur, estaba dividida (imagen) en dos "zonas de influencia": azul (Francia) y roja (Reino Unido) donde cada una de las dos potencias tenía preferencia para realizar tratados comerciales y empréstitos, y proporcionar consejeros y funcionarios "a petición del Estado o Confederación de Estados Árabes".

    En las regiones del Imperio Otomano no incluidas en el futuro Estado Árabe los dos aliados podían establecer zonas de "control directo", lo cual no excluía -como ocurrió - una futura independencia (ver mapa). La península de Anatolia Norte - Oeste, y Tracia, no se trataron en este acuerdo, entre otras cosas porque afectaban los intereses rusos

    Palestina y Cisjordania (todos los territorios al Oeste del Jordán) quedaba repartida, pues, en tres territorios: la parte del Sur, el Negev, pertenecía al Estado Árabe, bajo influencia británica; Galilea del Norte, quedaría bajo control directo francés; el resto, excepto Acre y Haifa (control directo británico) quedarían bajo control internacional de los Aliados: se citaba, específicamente, la participación de Husayn y de Rusia.

    A Rusia se le reservaba…
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