1.- Sin duda Watson pudo ver a Edgar Askew Sothem actuando -o tal vez en daguerrotipos- pero resulta difícil que viese a Askew en el papel que le lanzó a la fama, el Lord Dundreary de “Our American Cousin”. Esta obra fue estrenada en 1858 (cuando Watson tenía seis años) y tuvo un éxito figurante, pero decayó tras el asesinato de Abraham Lincoln cuando asistía a una de sus funciones en 1865.
2.- Miquitus balbuceaba y lloraba, diciendo que no sabía nada de los tejemanejes de la Sociedad. Seguramente tenía razón.
3.- La novela “Frankenstein o el moderno Prometeo” fue escrita por Mary Wollstonecraft Godwin (de casada Mary Shelley) y publicada en 1818. La Criatura que crea el científico nunca recibe un nombre en el relato original; un error muy común es llamarle “Frankenstein”, como a su creador. El personaje de Ygor, el jorobado deforme ayudante de Victor, tampoco aparece en la novela; es una creación de la película de 1935 “Son of Frankenstein”, donde le dio vida el genial Bela Lugosi.
4.- La Criatura es descrita en la novela con una estatura de 8 pies, lo que equivale a 244 cm. En cuanto a Watson, se describe en sus relatos como de estatura “mediana o ligeramente superior a la media”
5.- Resultaron ser dos policías que nos suplantaron para distraer a los posibles cómplices de Ipunto. Su cometido era dejarse ver mucho y hablar poco. Thurston, que se quedó con ellos, y las máscaras que completaban los disfraces hicieron el resto.
6.- Dejo sin traducir esta frase, que significa, libremente “Los dados están echados” o “El juego está en marcha” porque se ha hecho muy conocida. Sin embargo, en los relatos originales de Conan Doyle solo aparece una vez, en "La Aventura de Abbey Grange"
7.- O sea, GordoSexy. En los relatos de Conan Doyle, Watson se muestra como un caballero respetable, con una gran compasión hacia las "debilidades" humanas. Sin duda, si tacha de perversión la conducta de este sujeto, hace referencia a conductas mucho más deleznables que una simple inclinación amorosa o sexual entre adultos. Lástima que Watson, seguramente por pudor y misericordia, no ha querido informarnos sobre las torcidas inclinaciones de este individuo
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1.- Sin duda Watson pudo ver a Edgar Askew Sothem actuando -o tal vez en daguerrotipos- pero resulta difícil que viese a Askew en el papel que le lanzó a la fama, el Lord Dundreary de “Our American Cousin”. Esta obra fue estrenada en 1858 (cuando Watson tenía seis años) y tuvo un éxito figurante, pero decayó tras el asesinato de Abraham Lincoln cuando asistía a una de sus funciones en 1865.
2.- Miquitus balbuceaba y lloraba, diciendo que no sabía nada de los tejemanejes de la Sociedad. Seguramente tenía razón.
3.- La novela “Frankenstein o el moderno Prometeo” fue escrita por Mary Wollstonecraft Godwin (de casada Mary Shelley) y publicada en 1818. La Criatura que crea el científico nunca recibe un nombre en el relato original; un error muy común es llamarle “Frankenstein”, como a su creador. El personaje de Ygor, el jorobado deforme ayudante de Victor, tampoco aparece en la novela; es una creación de la película de 1935 “Son of Frankenstein”, donde le dio vida el genial Bela Lugosi.
4.- La Criatura es descrita en la novela con una estatura de 8 pies, lo que equivale a 244 cm. En cuanto a Watson, se describe en sus relatos como de estatura “mediana o ligeramente superior a la media”
5.- Resultaron ser dos policías que nos suplantaron para distraer a los posibles cómplices de Ipunto. Su cometido era dejarse ver mucho y hablar poco. Thurston, que se quedó con ellos, y las máscaras que completaban los disfraces hicieron el resto.
6.- Dejo sin traducir esta frase, que significa, libremente “Los dados están echados” o “El juego está en marcha” porque se ha hecho muy conocida. Sin embargo, en los relatos originales de Conan Doyle solo aparece una vez, en "La Aventura de Abbey Grange"
7.- O sea, GordoSexy. En los relatos de Conan Doyle, Watson se muestra como un caballero respetable, con una gran compasión hacia las "debilidades" humanas. Sin duda, si tacha de perversión la conducta de este sujeto, hace referencia a conductas mucho más deleznables que una simple inclinación amorosa o sexual entre adultos. Lástima que Watson, seguramente por pudor y misericordia, no ha querido informarnos sobre las torcidas inclinaciones de este individuo