Las torturas más sanguinarias y crueles de la Santa Inquisición
Desde la «doncella de hierro» (en la que se introducía al preso en un sarcófago con pinchos), hasta el potro. La infame imaginación de los inquisidores no tenía fin
Desde la «doncella de hierro» (en la que se introducía al preso en un sarcófago con pinchos), hasta el potro. La infame imaginación de los inquisidores no tenía fin