Sobre los sopapos al humorista

Les cuento lo que ha pasado con el tema del tuitero nazi y su trifulca con el humorista, para que no anden basureando en tuiter como he tenido que hacer yo todo el día, porque hoy no era un lugar bonito, he salido oliendo a tabaco negro, marisco en mal estado y vino rancio. Bueno, pues resulta que un nazi musculoso publica un vídeo diciendo que evitará que su hijo le salga gay. Hasta ahí bien. Cosas nazis. Pero un humorista murciano agárrense, le responde, en una foto donde sale un hijo de corta edad del nazi, que cuando su retoño sea mayor "se va a hartar de mamar polla de negro". Los murcianos son muy fachas, pero cuando son de izquierdas no mejoran. El hilo sigue con las bravatas de costumbre en Tuiter, nada fuera de lo cotidiano en ese medio. Pero los nazis, dos por lo menos (uno hará de camarógrafo) deciden ir al sitio de trabajo del humorista a propinarle un par de guantazos. Todo está planificado, no teman. La agresión limitada a dos tortazos contundentes, pero ejecutados para no dejar lesiones (truquitos del oficio de maltratador). Tras el primer tortazo, y con el fin de templar gaitas con los seguratas, el nazi declama las líneas de su guión con más o menos fortuna, contándonos que su asalto al escenario se debe a que quedó muy afligido como padre por cosas sobre pedofilia que no aparecen en el tuit del humorista. La performance de nuestro "padre coraje" o del contubernio de nazis que la ha orquestado sale bien. Todos hacen una buena actuación, en especial la del humorista que ha sido muy convincente. Y el leitmotiv de los nazis cala entre el populacho, así que ahora estamos discutiendo sobre si está bien o no decirles a los padres que sus niños deben comer pollas de negros, etc. Finalmente, el humorista pidió perdón por el tuit y el nazi aceptó amablemente sus disculpas. Un altercado con final feliz. Todos hemos quedado amigos otra vez, tanto los que quieren exterminar a las razas inferiores como los que amamos a las mujeres helenísticas. Y hemos aprendido que, si eres un gorila ciclado, y en una red social te molesta un comentario hiriente hacia algo que consideres querido o sagrado tienes derecho a persuadir al autor del comentario mediante el uso limitado e inteligente de la fuerza. Aunque si eres un debilucho como yo tendrás que vestir adarga renacentista, y llevar un mosquete... cárgalo solo con sal, no metas balines melón!