Un trabajador del centro comercial Bonaire, en Aldaia, que quedó atrapado y pasó la noche en una sala de cine, advierte de que el aparcamiento subterráneo se convirtió en una trampa mortal, mientras los vecinos de Sedaví o La Torre afirman que los garajes de sus casas siguen inundados
En cuanto a la situación del aparcamiento subterráneo, explica que todo lo que hay debajo del edificio es parking y que, según le comentó un trabajador de seguridad del centro, cuando empezó a subir el nivel del agua pidió a los clientes que buscaran refugio en el centro y que no bajaran a por los coches, “pero muchos de ellos no le hicieron caso”. Y añade: “No se sabe cuánta gente puede haber, está todo el parking anegado y aún no han ido a achicar agua”.
Un trabajador del centro comercial Bonaire, en Aldaia, que quedó atrapado y pasó la noche en una sala de cine, advierte de que el aparcamiento subterráneo se convirtió en una trampa mortal, mientras los vecinos de Sedaví o La Torre afirman que los garajes de sus casas siguen inundados
En cuanto a la situación del aparcamiento subterráneo, explica que todo lo que hay debajo del edificio es parking y que, según le comentó un trabajador de seguridad del centro, cuando empezó a subir el nivel del agua pidió a los clientes que buscaran refugio en el centro y que no bajaran a por los coches, “pero muchos de ellos no le hicieron caso”. Y añade: “No se sabe cuánta gente puede haber, está todo el parking anegado y aún no han ido a achicar agua”.