Yo no veo bien este tipo de iniciativas de las grandes empresas de comunicación, que en la práctica funcionan como cuasi monopolios.

En primer lugar, ellos no son quiénes para decidir qué debo o no debo conocer sobre las opiniones de los demás. Incluso aunque sean claramente de incitación al odio (ejemplo, proclamas llamando a asesinar magrebíes, o judíos); porque estas entran ya dentro del terreno de la Justicia.

En segundo lugar, se sabe que estas acciones no conducen a lo que se pretende, sino a todo lo contrario: victimismo, "nos ocultan algo", etc que produce un aumento de la expectación hacia lo censurado.

En tercer lugar, porque Youtube y demás corporaciones suelen hacer estas cosas con un evidente sesgo que refuerza el punto 2. Aún estoy esperando que censuren a AMLO por sus delirios indigenistas o a Evo Morales por decir que comer pollo feminizaba a los hombres...

A mi dame toda la información y posibilidades de contrastarla, que ya decidiré lo que me creo o no.

Dicho esto... Lo de Bolsonaro es una patochada, claro