"Al igual que el plan de atacar a los contrabandistas en Libia, la confiscación de botes “río arriba” en países como Bulgaria tampoco está funcionando. No se trata solo de que los contrabandistas amontonen a más personas en menos botes, lo que lleva a más muertes en el Canal. A veces, los refugiados ruegan que los dejen subir a bordo incluso cuando un bote está demasiado lleno porque están desesperados. El gobierno quiere impedir que los refugiados se desplacen a través de Marruecos, España, Italia y Francia. Es demasiado tarde para hablar de estos países. Empecemos por Siria, empecemos por Yemen, empecemos por Irán, Irak, Afganistán, Sudán y Eritrea, donde se originan los problemas.

En su anuncio, la ministra del Interior no pregunta por qué la gente huye a Europa desde países como el mío. Antes los refugiados no venían de allí, pero ahora esos países se han vuelto demasiado peligrosos para que sobrevivamos. ¿Por qué Europa y los EE. UU. no hicieron más para evitar que nuestros países se volvieran peligrosos antes de que nos viéramos obligados a huir? Cualquiera que sean las medidas que tomen la ministra del Interior y otros para detener a los contrabandistas, los refugiados intentarán encontrar una forma de escapar.

Estaba en Marruecos durante mi viaje y vi a un joven refugiado que no podía pagarle a un contrabandista un lugar en un bote inflable construir una embarcación él mismo con botellas de agua de plástico vacías, para que flotara en el mar y lo llevara al enclave español de Melilla. Lo logró. Los refugiados encuentran una manera.

No hay mucho sobre los refugiados en el anuncio de la ministra del Interior, aparte de decir que somos víctimas de los contrabandistas. Los contrabandistas son codiciosos y despiadados, pero encarcelar a algunos de ellos no detendrá este comercio. Como refugiados, no tenemos a nadie más que nos ayude a escapar.

Cuando matan o arrestan a los contrabandistas, vienen más. El gobierno habla de desmantelar las bandas como si solo hubiera unas pocas grandes que pudieran destruir y entonces el problema se resolvería. Pero el tráfico de personas no funciona así. Cualquiera puede ser contrabandista. No es complicado y no requiere muchos recursos. En muchos países, ciudades y pueblos hay gente que traslada a refugiados de una parte de su viaje a la siguiente. Hay un hombre de mi pueblo, un hombre normal, que se dedica a esto. Los contrabandistas están en todas partes. Podemos pagar nuestro pasaje a través de agentes de contrabandistas en cualquier ciudad del mundo que elijamos. Las personas que cruzan el Canal en Francia pueden incluso pagar a un agente en el Reino Unido para este viaje.

La gente como yo no quiere estar en el Reino Unido. Amo y extraño mucho mi país y sueño con regresar. Si las milicias se fueran de Siria y mi vida ya no corriera peligro, volvería mañana mismo. Todo refugiado que llega a Europa desde un país como el mío es un superviviente"