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El 9 de octubre de 2024, en el campamento de Jabalya, Al Wahidi sufrió una herida de bala que le provocó parálisis, además de importantes problemas respiratorios y neurológicos. Dos días antes, Al-Attar sufrió graves heridas debido a la metralla de un ataque aéreo israelí en Deir al-Balah, que le provocó una hemorragia cerebral, lo que le provocó convulsiones constantes y graves daños en su sistema nervioso.

La terrible situación en Gaza, agravada por los bombardeos incesantes y el colapso de las instalaciones médicas, ha agravado sus condiciones, haciendo imposible recibir la atención médica necesaria a nivel local. Los equipos médicos sobre el terreno han solicitado urgentemente el traslado de ambos periodistas fuera de la Franja de Gaza para evitar que sus condiciones se vuelvan fatales.

A pesar de ser plenamente conscientes de las críticas condiciones de Al Wahidi y Al-Attar, la negativa constante de las autoridades de ocupación israelíes hasta el momento ha negado el permiso para su traslado. Esta negativa supone una amenaza directa a sus vidas y podría constituir un acto de homicidio premeditado si sucumben a sus heridas.

Ante las constantes amenazas que reciben los periodistas de Al Jazeera en Gaza, la Red exige a las autoridades israelíes que se responsabilicen de su seguridad.

Al Jazeera Media Network hace un llamamiento a las organizaciones internacionales y a todas las partes interesadas en la seguridad de los periodistas para que intervengan urgentemente y presionen a las autoridades de ocupación israelíes para que permitan la evacuación inmediata de Fadi Al Wahidi y Ali Al-Attar de Gaza. La Red también insta a las organizaciones respetadas a que hagan hincapié en el derecho de los periodistas a recibir atención médica y tratamiento urgente de conformidad con el derecho internacional.
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