Lo que aprendimos (en el cine) de los 80
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Durante mucho tiempo, confesar que tu película favorita era ochentera equivalía a colleja, insulto o las dos cosas. Ahora ya no. ¿Retromanía? ¿Las cosas de la paternidad? Nada de eso. La verdadera razón por la que ciertos filmes de entonces han pasado de subproductos para frikis (según la crítica) a títulos de culto (según los espectadores) es su mensaje, imposible de encontrar en sus equivalentes en el cine comercial contemporáneo. Algo que va más allá de la obviedad de comparar Cortocircuito con Transformers.