#1 Es curiosísimo cómo se escucha a políticos y activistas echar pestes sobre esta supuesta "cultura de violación" que, al parecer, pervive entre nosotros, pero nunca los verás poner el dedo en las culturas donde ahí sí se da de forma palmaria, y culturas que nos exportan ciudadanos, ojo. No, eso no se puede decir. Vamos al abismo, ¿cuantos más extranjeros vamos a importar en la próxima década, de qué manera y para qué? Se terminó el europeo autóctono, al menos en países como el nuestro, por pensar que la casa es grande y que cabía todo el mundo dejaremos de ser lo que somos. ¿Y todo para qué? ¿Hemos importado obreros cualificados o ingenieros? No, al parecer esto ha sido para evitar que nos llamaran insolidarios, fruto de un complejo de culpa que habría que explicar muy bien. Pero los números son los que son, no cabe África en Europa, salvo que quieras convertir a la segunda en la primera. Y a mí los extranjeros me caen bien y la inmigración y emigración me parecen procesos naturales y sanos, pero todo tiene un límite, un control y un propósito. Aquí, no, aquí somo el coño de la Bernarda, nos ocupamos de los problemas de otros antes que de los nuestros y aún nos damos golpes en el pecho llenos de orgullo. ¿Se puede ser más idiota? ¿Qué tardaremos en tener el 50% de la población con origen extranjero de primera, segunda o tercera generación? En realidad, no nos engañemos, mucho antes de ese 50% se alcanza el punto de no retorno y los problemas estructurales.