#10#16 vamos a por el cristianismo y no a por el islam, por la sencilla razón de que no queremos morir, pero si os parece bien que los cristianos vuelvan a quemar herejes para que solo los locos y los insensatos se atrevan a blasfemar no tengáis miedo en decirlo porque, amigos ateos, se puede ser ateo y batallar a las claras cuando se meten con vuestra religión. Se puede ser ateo sin ser anticlerical e incluso se puede ser ateo cristiano, que es cuando no piensas que su dios exista, pero compartes mayormente su cultura e ideología, y la fe, pues ya vendrá si ha de venir, no tengáis prisa. Lo importante es portarse como un buen cristiano.
#17 O sea q para q una religión se haga respetar la fuerza es lo q vale. Ese pensamiento te llevará a un lugar oscuro donde el Nazi que aplicó su "sharia" a Jaime Caravaca hizo lo correcto para que respetasen a su hijo.
#21 mmm pero nos pones en una tesitura poco productiva, a saber: si nos metemos con el cristianismo entonces nos tenemos que meter con el islam, si no nos metemos con el islam porque nuestra vida corre peligro ¿no podemos hacerlo con el cristianismo? si te fijas llegamos al mismo resultado que criticas, que nadie se mete con nadie
#24 Mal! te encontrarías que el odio de los fanáticos del islam y de Franz Herbert y maximizarías el riesgo de represalias fatales.
No existe una solución perfecta, sólo el valor de defender tus ideales y ello siempre conllevará el riesgo de ofender a alguien.
#25 cuando los cristianos achicharraban a la gente por meterse con su religión no teníamos personal criticando desde la razón de una manera abierta y beligerante, la cosa era mucho más sutil. A lo sumo había fanáticos que despotricaban del cristianismo, pero desde su cristianismo. Y eran fanáticos. A una persona sensata no le compensa convertirse en fanático. Primero tuvo que llegar la civilización a los cristianos para que existiera tolerancia ante la crítica, porque los críticos razonables nunca han tenido la necesidad religiosa de convertirse en mártires e inmolarse por sus razones. Por eso los mártires eran otros fanáticos de otra religión o de otra secta cristiana. Y los achicharraban por herejes, no tanto por ateos o por blasfemos revoltosos. Con el islam pasa lo mismo, es cosa de que llegue la civilización a las cabezas musulmanas. Y en sus sociedades llega de la misma forma sutil y discreta en que llegó al entorno cristiano. Solo con los fanáticos atemperados puede la gente ponerse a machacar la religión como lo haría con cualquier otra ideología. Aquí la critica es abierta, y la verdad que da un poco igual que la crítica sea a cualquiera de las sectas islámicas o cristianas porque su fuente y cosmovisión es directamente la misma. La crítica en este sentido es como la penicilina, con el mismo antibiótico, te estas cargando a unas bacterias y a otras.
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No existe una solución perfecta, sólo el valor de defender tus ideales y ello siempre conllevará el riesgo de ofender a alguien.