Ucrania bombardea la ciudad de Lugansk - RT
Según los primeros reportes, las explosiones ocurrieron cerca de la estación de autobuses de la ciudad.
Según los primeros reportes, las explosiones ocurrieron cerca de la estación de autobuses de la ciudad.
Cabe señalar que en las redes sociales ucranianas se están difundiendo noticias de pánico según las cuales, durante la detonación de un depósito de municiones en Khmelnytsky, también se destruyó un gran lote de munición de tanque británica con uranio empobrecido, que había sido llevada recientemente a Ucrania junto con misiles Storm Shadow. Como resultado de una gran explosión, podrían dispersarse partículas de uranio empobrecido en el territorio de la región de Khmelnytsky, lo que, teniendo en cuenta la experiencia de Yugoslavia e Irak, podría provocar un brote de cáncer a medio plazo.
Los avances ucranianos, especialmente al norte de Bakhmut, han disparado los rumores acerca del inicio de la contraofensiva, aun a pesar de que hoy se ha sabido que, por ejemplo, los carros de combate Abrams estadounidenses no llegarán al país hasta el otoño. Sin embargo, que la ofensiva no haya comenzado como tal, no implica que Ucrania no esté preparando el terreno a la espera de que nuevo armamento como los misiles Storm Shadow comiencen a ser empleados y de que la ayuda prometida por Estados Unidos o Bélgica en los últimos días.
Reino Unido vuelve a tomar la delantera en su apoyo a Ucrania, convirtiéndose en el primer país en suministrar misiles de largo alcance para la esperada contraofensiva ante las fuerzas rusas. En concreto, se trata de los Storm Shadow, los mismos que se emplearon en la guerra civil de Libia que terminó con el derrocamiento y asesinato del dictador Muamar Gadafi en 2011. Con un alcance de más de 250 kilómetros, estos misiles suponen, según los expertos, "un verdadero cambio de juego", ya que superan el campo de tiro de los Himars estadounidenses
En un comunicado, la organización del certamen alega que las normas prohíben realizar comentarios políticos o de índole similar, y aunque consideran que Zelenski tiene "intenciones admirables", no harán una excepción en esta ocasión.
La detención de dos neonazis franceses fuertemente armados que regresaban de Ucrania pone de relieve un problema inminente para los Estados de la OTAN que patrocinan la guerra por poderes, y su conspiración de silencio sobre la naturaleza de la amenaza.
El jefe del Grupo Wagner ha asegurado que los combatientes se retirarán del frente el 10 de mayo por la escasez de armamento. "Debíamos haber tomado Bajmut para el 9 de mayo —Día de la Victoria en Rusia—, pero, desde el 1 de mayo la burocracia nos ha cortado el acceso a cualquier munición de artillería", ha señalado Wagner en un comunicado. La noticia llega en un momento de alta tensión entre los contratistas militares y el Ministerio de Defensa de Rusia, a quien Prigozhin acusa de "traidores" por no apoyarlos militarmente en el frente.
Desde 2014, pero de forma más agudizada a lo largo de los años, el conflicto ucraniano se ha definido por sus tres componentes: un aspecto interno, un conflicto político entre Kiev y Moscú y uno más amplio entre Rusia y Occidente. Todos esos aspectos pasaron por un punto de inflexión ese año. El golpe de estado del 22 de febrero de 2014 en Kiev y la victoria de Maidan fueron el catalizador tanto de la respuesta rusa en Crimea, que agudizó aún más el conflicto entre Rusia y Ucrania
El ministro de Finanzas ucraniano, Sergii Marchenko, trasladó este sábado a sus homólogos de la Unión Europea (UE) que Kiev necesitará en 2024 al menos 18.000 millones de euros en ayuda macrofinanciera, la misma cantidad que los Veintisiete desembolsarán este año, y llamó a comenzar la reconstrucción del país antes de que termine la guerra. "No será fácil reducir drásticamente nuestros gastos, dependerá de la campaña militar, pero creo que no podría ser menos de los 18.000 millones que vemos este año"
Cuando estalló el conflicto entre Rusia y Ucrania en febrero de 2022, el ambiente en Washington era casi de celebración. Para EE.UU., tras ocho años negándose a caer en la trampa tendida por la revolución de color de 2014 en Kiev, respaldada por EE.UU., el Kremlin por fin había mordido el anzuelo. Creían que la economía rusa quedaría destruida por las sanciones y el rublo convertido en escombros. Solo había un problema: nada de eso ocurrió.
El viceministro de Exteriores de Ucrania, Andri Melnik, ha estimado este sábado que su país necesita diez veces más ayuda militar de las que dispone para derrotar a Rusia este año, en una nueva petición de Kiev a sus aliados internacionales para aliviar la falta de munición que llevan denunciando de un tiempo a esta parte. "Estamos agradecidos con nuestros aliados por su ayuda militar. Pero no es suficiente