Los purgadores purgados y otros grupúsculos: panorama de la visita de Yolanda Díaz a Murcia

Ayer Yolanda Díaz acudió a Murcia para presentar el proyecto SUMAR y organizó un acto muy concurrido (unas 1000 personas se quedaron fuera, por falta de espacio, del paraninfo de la UMU donde se celebró). Podéis verlo íntegramente aquí www.youtube.com/watch?v=hcacr1fc49U&t=900s

La verdad es que me gustó mucho el formato, pues en vez de acompañarse de políticos profesionales de las distintas (y numéricamente muy pequeñas) familias de la izquierda política murciana, se rodeó de sociedad civil, esto es, de gente que teniendo sus profesiones y no viviendo de la política, se organiza altruistamente para mejorar lo que le rodea y, además, consigue cosas. Estuvo representada la plataforma que ha logrado dar personalidad jurídica al cuasi putrefacto Mar Menor para protegerlo y regenerarlo. Estuvo representada la plataforma pro soterramiento que logró tumbar los planes del PP de partir en dos la ciudad con las vías del AVE. También participó un médico en representación del movimiento en defensa de la sanidad pública murciana, y una sindicalista que habló del convenio colectivo de hostelería de la Región, con salarios congelados desde hace 14 años hasta el punto de que, si no existiese el SMI, los camareros de Murcia cobrarían menos de 1000 euros al mes. Y finalmente intervino una mujer gitana que habló sobre la invisibilización y discriminación de su colectivo y de cómo luchan contra ello desde el ámbito asociativo.

En el público se podía ver a cargos de Podemos sentados en una fila y, en otra fila un tanto alejada de la primera, a toda la plana mayor de Más País (que antes de la última purga en el partido, donde fueron purgados, controlaban Podemos en Murcia). Lo gracioso es que quienes ahora dirigen Más País y fueron purgados de Podemos tras la caída en desgracia de Errejón (salvo algunos especialmente listos que se hicieron pablistas meses atrás temiéndose la purga), también nos purgaron en su día a los que no formábamos parte de su pequeña familia política y les afeábamos que estuviesen convirtiendo Podemos en una secta donde la militancia no contaba nada (a modo de ejemplo, la militancia de Podemos decidió en referéndum apoyar a una candidatura municipal llamada Cambiemos Murcia, pero ellos se montaron un chiringuito llamado Ahora Murcia para concurrir a las municipales, poniendo allí a sus amigos en una lista a dedo y sin primarias, y revocaron la decisión asamblearia de apoyar a Cambiemos Murcia en una reunión de la ejecutiva municipal de no más de 15 personas).

Las sucesivas purgas en Podemos han dejado al partido hecho unos zorros y han provocado el nacimiento de grupos que en absoluto son más transparentes o participativos, como el de Errejón. Todo nace de la falta de valentía, ambición por ganar y fidelidad a unos principios democráticos básicos. Todo nace del deseo de convertir el partido en secta copada por los amigos y cerrada herméticamente frente a cualquiera ajeno al grupillo dirigente. De una parte, por el pánico a perder el control del chiringuito y, de otra, por el deseo de exprimirlo al máximo para beneficar a la novia, el cuñado y el que lleva lustros trayéndote los cafés y haciéndote las fotocopias. El sueño de crear una organización plural donde la gente sea protagonista y el ánimo de sumar voluntades y hacernos más grandes pese más que el temor a perder el control del negocio, se quedó muy atrás y ha convertido a Podemos en una organización que, si no fuese por la coalición con IU, difícilmente alcanzaría el 5% de los votos.

¿Conseguirá el proyecto de Yolanda Díaz recuperar ese ideal, sumando gente diversa del mundo político y de la sociedad civil y creando un foro abierto, democrático y plural donde quepa todo el mundo y cada participante se sienta respetado, valorado y protagonista del cambio? Con la coalición franquista-gurteliana llamando a las puertas, nos va la democracia en ello, y pese a mi naturaleza pesimista (o realista, según se mire) espero sinceramente que así sea.