#0 - La imagen representa la parte de la región costera que McMahon excluía del futuro Estado Árabe (que aún estaba por ver quién lo gobernaría, y si conseguían arrebatárselo a los turcos) y que Husayn insistía en que debía ser incluída.
2.- Lo cual era falso: Ibn Saud odiaba a los Hashemitas, y junto con Mubarak al-Sabah de Kuwait o con Muhammad ibn Ali al-Idrisi, se limitaron a hacer unas declaraciones formales de apoyo a la "Revuelta", más por agradar a sus "Protectores" británicos que otra cosa, pero no dieron ni armas, ni dinero, ni tropas a la causa del sherif; otros gobernantes árabes, por su parte, permanecieron en el bando pro-turco hasta casi el final de la guerra. De hecho, los pocos miles de árabes (15000 en todo el conflicto) que los Hashemitas pudieron reclutar en su "Gran Revuelta Árabe" contrastan negativamente con los 100000 a 300000 árabes que combatieron hasta el final en el Ejército Turco.
3.- O sea, "denme la seguridad de que el enemigo no va a tomar represalias contra nosotros y que vamos a ganar, o si no no me meto". La candidata más probable para el desfallecimiento, ya en 1915, era el Imperio Ruso.
De todos modos, cierta razón no le falta en una cosa: más del 90% de los musulmanes del Imperio Otomano abrazaron la causa turca (o pasaron del tema) hasta que -en 1917- se vio claramente quién iba a ganar.
Como vemos, McMahon (quizás dándose cuenta de que había sido demasiado generoso) no cede. Pero lo que más debió irritar a Husayn de esta carta, sin duda, es la alusión de agradecimiento al sherif por "comprender" que Gran Bretaña no puede tomar ningún acuerdo que perjudique a otros sheikhs árabes que han firmado tratados con ella. Simplemente con esa alusión bastaría para descalificar que la Correspondencia Husayn-McMahon representa la promesa firme de entregar a Husayn y sus hijos un Imperio Árabe para ser gobernado por ellos.
Obsérvese la chulería del Sherif cuando añade "No creo necesario llamar la atención sobre el hecho de que nuestro plan es de mayor seguridad para los intereses y la protección de los derechos de Gran Bretaña que para nosotros", como si él fuera el representante del mayor Imperio del mundo, y McMahon un gobernante de medio pelo. Finalmente, tras la regañina, una advertencia final: "Por consiguiente, nos es imposible permitir una excepción que confiera a Francia, o a cualquier otra potencia, cualquier extensión de tierra en esas regiones."
7.- Por ambos argumentos, por pertenecer el samjak de Jerusalén al vilayet de Beirut, y por ser un distrito de población mixta, en ningún caso la futura Palestina al Oeste del Jordán podría ser incluida en estas conversaciones.
8.- En la carta McMahon no puede evitar darse el gustazo de “meter una puyita” con el alineamiento de Ahmed Sharif as-Senussi, de Libia, con el Imperio Turco (Coño, Su Excelencia; ¿no era Vuecencia el representante de todo el Mundo árabe?)
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1.- www.jewishvirtuallibrary.org/the-hussein-mcmahon-correspondence-july-1
2.- Lo cual era falso: Ibn Saud odiaba a los Hashemitas, y junto con Mubarak al-Sabah de Kuwait o con Muhammad ibn Ali al-Idrisi, se limitaron a hacer unas declaraciones formales de apoyo a la "Revuelta", más por agradar a sus "Protectores" británicos que otra cosa, pero no dieron ni armas, ni dinero, ni tropas a la causa del sherif; otros gobernantes árabes, por su parte, permanecieron en el bando pro-turco hasta casi el final de la guerra. De hecho, los pocos miles de árabes (15000 en todo el conflicto) que los Hashemitas pudieron reclutar en su "Gran Revuelta Árabe" contrastan negativamente con los 100000 a 300000 árabes que combatieron hasta el final en el Ejército Turco.
3.- O sea, "denme la seguridad de que el enemigo no va a tomar represalias contra nosotros y que vamos a ganar, o si no no me meto". La candidata más probable para el desfallecimiento, ya en 1915, era el Imperio Ruso.
De todos modos, cierta razón no le falta en una cosa: más del 90% de los musulmanes del Imperio Otomano abrazaron la causa turca (o pasaron del tema) hasta que -en 1917- se vio claramente quién iba a ganar.
4.- www.jewishvirtuallibrary.org/the-hussein-mcmahon-correspondence-july-1
Como vemos, McMahon (quizás dándose cuenta de que había sido demasiado generoso) no cede. Pero lo que más debió irritar a Husayn de esta carta, sin duda, es la alusión de agradecimiento al sherif por "comprender" que Gran Bretaña no puede tomar ningún acuerdo que perjudique a otros sheikhs árabes que han firmado tratados con ella. Simplemente con esa alusión bastaría para descalificar que la Correspondencia Husayn-McMahon representa la promesa firme de entregar a Husayn y sus hijos un Imperio Árabe para ser gobernado por ellos.
5.- www.jewishvirtuallibrary.org/the-hussein-mcmahon-correspondence-july-1
Obsérvese la chulería del Sherif cuando añade "No creo necesario llamar la atención sobre el hecho de que nuestro plan es de mayor seguridad para los intereses y la protección de los derechos de Gran Bretaña que para nosotros", como si él fuera el representante del mayor Imperio del mundo, y McMahon un gobernante de medio pelo. Finalmente, tras la regañina, una advertencia final: "Por consiguiente, nos es imposible permitir una excepción que confiera a Francia, o a cualquier otra potencia, cualquier extensión de tierra en esas regiones."
6.- www.jewishvirtuallibrary.org/the-hussein-mcmahon-correspondence-july-1
7.- Por ambos argumentos, por pertenecer el samjak de Jerusalén al vilayet de Beirut, y por ser un distrito de población mixta, en ningún caso la futura Palestina al Oeste del Jordán podría ser incluida en estas conversaciones.
8.- En la carta McMahon no puede evitar darse el gustazo de “meter una puyita” con el alineamiento de Ahmed Sharif as-Senussi, de Libia, con el Imperio Turco (Coño, Su Excelencia; ¿no era Vuecencia el representante de todo el Mundo árabe?)