0. - Viñeta "El Hombre Enfermo de Europa" (Punch, 1876)
El Zar azuza a los perros balcánicos [contra el Imperio Turco, "El Hombre Enfermo de Europa"], mientras un Bobby le advierte; "¡Cuidado, caballero; puede ser horrible si los suelta!"
1.- No está de más, -antes de empezar- recordar que, durante el siglo XIX y hasta 1914, franceses y –sobre todo- ingleses fueron los garantes de que el Imperio Otomano no se derrumbara ante la agresividad de Rusia y Austria-Hungría. De no haber sido por su ayuda, los otomanos se hubieran hundido a mitad del siglo XIX.
2- Cabe destacar que, en el verano de 1908, Husayn contactó con el embajador británico en Estambul, Sir Gerard A. Lowther, para conseguir el apoyo británico para su candidatura. No sabemos si esta ayuda fue, o no, resolutiva, pero queda claro que Husayn no desdeñaba, ni siquiera entonces, el apoyo de los “infieles imperialistas”.
3.- Es curioso lo que se repite el argumento "Desde Tiempo Inmemorial" en las reclamaciones del mundo árabe. Si bien, en el caso del puesto de Sherif de La Meca y Medina, el Islam considera depositarias del cargo a las familias descendientes de Mahoma (otra cosa sería debatir si tienen legitimidad aquellos que inicialmente le expulsaron de su patria en el siglo VII), los hashemitas no tienen mayor derecho que otras familias descendientes del Profeta.
Y desde luego pierden su razón cuando pretenden reclamar territorios donde nunca vivieron los Hashemitas y sólo las alianzas con el Imperio Británico les hicieron reyes (Iraq, Siria, Transjordania, Palestina) o cuando argumentan que los árabes palestinos (una población que durante el siglo XIX y hasta bien entrado el XX era seminómada y no tenía ninguna conciencia de nacionalidad palestina) de repente se presentan como una población sedentaria "desde Tiempo Inmemorial".
4.- La penuria militar de los hashemitas explica sus peticiones. El Gobierno turco solo puede atacar por tierra un Hejaz sublevado por dos caminos: A) A través del desierto que forma gran parte del Nedj, en el centro de la península de Arabia (empresa casi imposible o suicida durante la mayor parte del año), o B) avanzando por Tranjordania y Palestina.
En cualquier caso, y también si se intenta una invasión naval o combinada por el Mar Rojo, controlar la costa occidental de la península es imprescindible. La costa oriental de África, frente a las costas del Hejaz, está dominada por la flota británica, la más poderosa del mundo. Desde allí, concretamente desde Port Sudan -de ahí la referencia en la correspondencia de Abdullah- pueden hacerse llegar refuerzos a los sublevados del Hejaz de una manera inmensamente más eficaz y eficiente que cualquier cosa que puedan hacer los turcos para derrotar la rebelión.
Por lo tanto, Husayn sabe que una sublevación del Hejaz, aunque tenga una fuerza militar paupérrima (la manera de mendigar media docena de ametralladoras pesadas es patética) triunfaría, sin ninguna duda, si los británicos la apoyan. De hecho, no son las ametralladoras lo que busca Husayn: intenta complicar al Reino Unido en sus planes; sabe que si los orgullosos británicos "pican" en entrar en la guerra, no pararán hasta ganar.
5.- La propuesta Hashemita era altamente irrealista. Tras dos guerras durísimas, donde los ingleses sufrieron mucho para asegurarse un territorio árido cuyo único valor era el estratégico, Afganistán era, de derecho, un protectorado inglés; pero en la práctica era casi independiente. Tras la Primera Guerra Mundial el emir Amanullah Khan proclamó la independencia de su país, que los británicos tuvieron que aceptar pocos años después.
Pensar que los británicos iban a aceptar el mismo acuerdo con los débiles hashemitas y entregarles por la cara el Hezaj, después de hacer todo el gasto militar de derrotar a los turcos, era un sueño. Y Husayn y Abdullah lo sabían.
6.- Y Storrs (en nombre de su Gobierno) añade: Su único interés en Arabia es la seguridad y la comodidad de los peregrinos indios [esto es, musulmanes procedentes de la India], y en principio [el Gobierno Británico] no tiene el menor deseo de interferir en el gobierno o en la administración de las Ciudades Sagradas,"
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El Zar azuza a los perros balcánicos [contra el Imperio Turco, "El Hombre Enfermo de Europa"], mientras un Bobby le advierte; "¡Cuidado, caballero; puede ser horrible si los suelta!"
1.- No está de más, -antes de empezar- recordar que, durante el siglo XIX y hasta 1914, franceses y –sobre todo- ingleses fueron los garantes de que el Imperio Otomano no se derrumbara ante la agresividad de Rusia y Austria-Hungría. De no haber sido por su ayuda, los otomanos se hubieran hundido a mitad del siglo XIX.
2- Cabe destacar que, en el verano de 1908, Husayn contactó con el embajador británico en Estambul, Sir Gerard A. Lowther, para conseguir el apoyo británico para su candidatura. No sabemos si esta ayuda fue, o no, resolutiva, pero queda claro que Husayn no desdeñaba, ni siquiera entonces, el apoyo de los “infieles imperialistas”.
3.- Es curioso lo que se repite el argumento "Desde Tiempo Inmemorial" en las reclamaciones del mundo árabe. Si bien, en el caso del puesto de Sherif de La Meca y Medina, el Islam considera depositarias del cargo a las familias descendientes de Mahoma (otra cosa sería debatir si tienen legitimidad aquellos que inicialmente le expulsaron de su patria en el siglo VII), los hashemitas no tienen mayor derecho que otras familias descendientes del Profeta.
Y desde luego pierden su razón cuando pretenden reclamar territorios donde nunca vivieron los Hashemitas y sólo las alianzas con el Imperio Británico les hicieron reyes (Iraq, Siria, Transjordania, Palestina) o cuando argumentan que los árabes palestinos (una población que durante el siglo XIX y hasta bien entrado el XX era seminómada y no tenía ninguna conciencia de nacionalidad palestina) de repente se presentan como una población sedentaria "desde Tiempo Inmemorial".
4.- La penuria militar de los hashemitas explica sus peticiones. El Gobierno turco solo puede atacar por tierra un Hejaz sublevado por dos caminos: A) A través del desierto que forma gran parte del Nedj, en el centro de la península de Arabia (empresa casi imposible o suicida durante la mayor parte del año), o B) avanzando por Tranjordania y Palestina.
En cualquier caso, y también si se intenta una invasión naval o combinada por el Mar Rojo, controlar la costa occidental de la península es imprescindible. La costa oriental de África, frente a las costas del Hejaz, está dominada por la flota británica, la más poderosa del mundo. Desde allí, concretamente desde Port Sudan -de ahí la referencia en la correspondencia de Abdullah- pueden hacerse llegar refuerzos a los sublevados del Hejaz de una manera inmensamente más eficaz y eficiente que cualquier cosa que puedan hacer los turcos para derrotar la rebelión.
Por lo tanto, Husayn sabe que una sublevación del Hejaz, aunque tenga una fuerza militar paupérrima (la manera de mendigar media docena de ametralladoras pesadas es patética) triunfaría, sin ninguna duda, si los británicos la apoyan. De hecho, no son las ametralladoras lo que busca Husayn: intenta complicar al Reino Unido en sus planes; sabe que si los orgullosos británicos "pican" en entrar en la guerra, no pararán hasta ganar.
5.- La propuesta Hashemita era altamente irrealista. Tras dos guerras durísimas, donde los ingleses sufrieron mucho para asegurarse un territorio árido cuyo único valor era el estratégico, Afganistán era, de derecho, un protectorado inglés; pero en la práctica era casi independiente. Tras la Primera Guerra Mundial el emir Amanullah Khan proclamó la independencia de su país, que los británicos tuvieron que aceptar pocos años después.
Pensar que los británicos iban a aceptar el mismo acuerdo con los débiles hashemitas y entregarles por la cara el Hezaj, después de hacer todo el gasto militar de derrotar a los turcos, era un sueño. Y Husayn y Abdullah lo sabían.
6.- Y Storrs (en nombre de su Gobierno) añade: Su único interés en Arabia es la seguridad y la comodidad de los peregrinos indios [esto es, musulmanes procedentes de la India], y en principio [el Gobierno Británico] no tiene el menor deseo de interferir en el gobierno o en la administración de las Ciudades Sagradas,"