No sé si habría más o menos libertad de expresión en la transición. Yo nací con Franco recién puesto a fermentar.
Lo que sí había era mucha más pluralidad. Había infinidad más de publicaciones y periódicos que ahora. Pero claro, en papel. Si hacemos comparación directa con los de Internet..., pues igual no sale tan bien parada la comparación.
El periodismo era de mucha más calidad. Mucho más riguroso, eso desde luego.
Internet cambió todo, se hizo bidireccional. Ya no sólo el que tenía los medios para publicar era el que podía expresarse. De repente, todos teníamos voz. Y claro, dentro de todos, hay mucho gilipollas, analfabeto, inmaduro, cuñado y demás fauna. De hecho diría que son mayoría los que forman esos grupos y desde luego, los que más ruido hacen.
La información se ha convertido en mierda predigerida para mentes gandulas y al gusto del consumidor. Ya no sólo te dicen qué pensar, ahí aún hay un resquicio para el razonamiento. Ahora te dicen qué sentir y sobre quién o qué. No pienses, ládrale a los malos.
Como si dejásemos que un niño de 5 años decidiese su menú diario.
De repente, la opinión de un experto tiene la misma validez que la de un enfermo mental, un pajillero de 15 años, o una loca de los gatos.
De todas formas, España, ha sido, es, y si nada cambia, será muy inculta y manipulable. Ya bien metidos en los 90, casi 2000, en la mili, había cerca de un 15% de chavales que no sabían leer o escribir, más allá de su nombre y poco más. Eso puede dar una idea de lo que la piel de toro esconde debajo.
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Lo que sí había era mucha más pluralidad. Había infinidad más de publicaciones y periódicos que ahora. Pero claro, en papel. Si hacemos comparación directa con los de Internet..., pues igual no sale tan bien parada la comparación.
El periodismo era de mucha más calidad. Mucho más riguroso, eso desde luego.
Internet cambió todo, se hizo bidireccional. Ya no sólo el que tenía los medios para publicar era el que podía expresarse. De repente, todos teníamos voz. Y claro, dentro de todos, hay mucho gilipollas, analfabeto, inmaduro, cuñado y demás fauna. De hecho diría que son mayoría los que forman esos grupos y desde luego, los que más ruido hacen.
La información se ha convertido en mierda predigerida para mentes gandulas y al gusto del consumidor. Ya no sólo te dicen qué pensar, ahí aún hay un resquicio para el razonamiento. Ahora te dicen qué sentir y sobre quién o qué. No pienses, ládrale a los malos.
Como si dejásemos que un niño de 5 años decidiese su menú diario.
De repente, la opinión de un experto tiene la misma validez que la de un enfermo mental, un pajillero de 15 años, o una loca de los gatos.
De todas formas, España, ha sido, es, y si nada cambia, será muy inculta y manipulable. Ya bien metidos en los 90, casi 2000, en la mili, había cerca de un 15% de chavales que no sabían leer o escribir, más allá de su nombre y poco más. Eso puede dar una idea de lo que la piel de toro esconde debajo.