pues si, quien no ha escuchado a la prima de la vecina decir que una amiga de su tía se puso malisima haciendo una sesión de güija, y que los presentes acabaron vomitando mocos verdes presos de espasmos incontrolables. Quizá omitiendo que poco antes se habían pimplado toda la cazalla del garrafón del abuelo.
*