La muerte de la periodista y escritora Victoria Prego (Q.E.P.D.) ha generado una gran cantidad de panegíricos y elogios por parte de colegas, amigos y seguidores. Sin embargo, aun reconociendo su valía profesional, resulta necesario cuestionar la excesiva y casi unánime adoración dispensada a una figura que, si bien ha tenido un papel destacado en la historia del periodismo español, no está exenta de controversia y críticas.
En los últimos años, se destacó por su defensa apasionada de la versión oficial de la Transición del franquismo a la democracia en España. Sin embargo, su enfoque simplista y apologético de este período, crucial en la historia del país, ha sido peligrosamente miope y desinformador.
En su insistencia en retratar la Transición como un proceso impecablemente pacífico y democrático, Prego pareció ignorar por completo las profundas heridas dejadas por el régimen franquista, así como la insuficiencia de las reformas democráticas que se llevaron a cabo en aquel momento, con una visión optimista y acrítica de la Transición. En ésta, a los crímenes cometidos por ETA, GRAPO, FRAP y otras, se sumaron las víctimas de una represión policial desproporcionada, de organizaciones ultraderechistas como la Triple A, Batallón Vasco Español y en la llamada Guerra Sucia, prolongada hasta el gobierno socialista de Felipe González, con el GAL.
Además, la narrativa de Prego sobre la Transición minimiza las luchas y resistencia de la sociedad civil que hicieron posible el cambio político en España. En lugar de reconocer el papel fundamental de los movimientos sociales, sindicales y políticos en la caída del régimen franquista, Prego prefirió presentar la Transición como un regalo generoso de unos pocos líderes iluminados.
En su afán por blanquear la historia reciente de España, Victoria Prego ha perpetuado una visión simplista y complaciente de la democracia española. Al obviar las graves deficiencias y desigualdades que persisten en la sociedad actual, Prego ha impedido una reflexión honesta y crítica sobre el legado del franquismo y las limitaciones de la Transición.
En resumen, la versión de la Transición del franquismo a la democracia defendida por la finada, es una narrativa sesgada y engañosa que distorsiona la historia y socava el proceso de construcción de una memoria colectiva honesta y justa en España. Es fundamental cuestionar esta visión edulcorada, promoviendo un análisis crítico y reflexivo de la historia reciente de nuestro país.
No hay que olvidar que ocultó durante muchos años que Adolfo Suárez le reveló que incluyó al rey en la Ley para la Reforma Política porque en un referéndum habría prevalecido la República.
Por otra parte, el 6 de marzo de 2017 La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) emitió un comunicado (1) denunciando un supuesto acoso por parte de Podemos a varios periodistas, generando una gran polémica en el mundo de la comunicación. Según denunciaba, varios periodistas habrían recibido amenazas y presiones por parte de miembros del partido político.
Sin embargo, la actuación de la presidenta de la APM, Victoria Prego, fue duramente criticada por varios sectores de la sociedad, incluidos miembros de la propia asociación. En lugar de actuar de manera imparcial y objetiva, Prego mostró un claro sesgo ideológico, apoyando abiertamente las acusaciones de acoso por parte de Podemos sin presentar ninguna prueba.
Esta actitud parcial y poco profesional por parte de la presidenta de la APM generó preocupación entre ciertos periodistas, ya que se esperaba que la asociación defendiera en todo momento la libertad de prensa y la independencia de los medios de comunicación. En lugar de eso, la ya difunta, se alineó claramente con la conspiración política, mediática y judicial contra la formación morada, que el tiempo y las sucesivas sentencias absolutorias ha demostrado como cierta. Eso sí, a tenor de los últimos resultados electorales y el hundimiento de Podemos, la periodista habrá pasado a mejor vida con la honda satisfacción que da el deber cumplido.
1- www.apmadrid.es/comunicado/comunicado-de-apm-ante-el-acoso-de-podemos-
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En los últimos años, se destacó por su defensa apasionada de la versión oficial de la Transición del franquismo a la democracia en España. Sin embargo, su enfoque simplista y apologético de este período, crucial en la historia del país, ha sido peligrosamente miope y desinformador.
En su insistencia en retratar la Transición como un proceso impecablemente pacífico y democrático, Prego pareció ignorar por completo las profundas heridas dejadas por el régimen franquista, así como la insuficiencia de las reformas democráticas que se llevaron a cabo en aquel momento, con una visión optimista y acrítica de la Transición. En ésta, a los crímenes cometidos por ETA, GRAPO, FRAP y otras, se sumaron las víctimas de una represión policial desproporcionada, de organizaciones ultraderechistas como la Triple A, Batallón Vasco Español y en la llamada Guerra Sucia, prolongada hasta el gobierno socialista de Felipe González, con el GAL.
Además, la narrativa de Prego sobre la Transición minimiza las luchas y resistencia de la sociedad civil que hicieron posible el cambio político en España. En lugar de reconocer el papel fundamental de los movimientos sociales, sindicales y políticos en la caída del régimen franquista, Prego prefirió presentar la Transición como un regalo generoso de unos pocos líderes iluminados.
En su afán por blanquear la historia reciente de España, Victoria Prego ha perpetuado una visión simplista y complaciente de la democracia española. Al obviar las graves deficiencias y desigualdades que persisten en la sociedad actual, Prego ha impedido una reflexión honesta y crítica sobre el legado del franquismo y las limitaciones de la Transición.
En resumen, la versión de la Transición del franquismo a la democracia defendida por la finada, es una narrativa sesgada y engañosa que distorsiona la historia y socava el proceso de construcción de una memoria colectiva honesta y justa en España. Es fundamental cuestionar esta visión edulcorada, promoviendo un análisis crítico y reflexivo de la historia reciente de nuestro país.
No hay que olvidar que ocultó durante muchos años que Adolfo Suárez le reveló que incluyó al rey en la Ley para la Reforma Política porque en un referéndum habría prevalecido la República.
Por otra parte, el 6 de marzo de 2017 La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) emitió un comunicado (1) denunciando un supuesto acoso por parte de Podemos a varios periodistas, generando una gran polémica en el mundo de la comunicación. Según denunciaba, varios periodistas habrían recibido amenazas y presiones por parte de miembros del partido político.
Sin embargo, la actuación de la presidenta de la APM, Victoria Prego, fue duramente criticada por varios sectores de la sociedad, incluidos miembros de la propia asociación. En lugar de actuar de manera imparcial y objetiva, Prego mostró un claro sesgo ideológico, apoyando abiertamente las acusaciones de acoso por parte de Podemos sin presentar ninguna prueba.
Esta actitud parcial y poco profesional por parte de la presidenta de la APM generó preocupación entre ciertos periodistas, ya que se esperaba que la asociación defendiera en todo momento la libertad de prensa y la independencia de los medios de comunicación. En lugar de eso, la ya difunta, se alineó claramente con la conspiración política, mediática y judicial contra la formación morada, que el tiempo y las sucesivas sentencias absolutorias ha demostrado como cierta. Eso sí, a tenor de los últimos resultados electorales y el hundimiento de Podemos, la periodista habrá pasado a mejor vida con la honda satisfacción que da el deber cumplido.
1- www.apmadrid.es/comunicado/comunicado-de-apm-ante-el-acoso-de-podemos-