"Si un Estado hostil a Occidente fuera culpable de atrocidades tan obscenas, habría un consenso generalizado de que se trata de uno de los grandes crímenes de nuestra era. Pero, como dice la abogada palestina Diana Buttu, “el mundo nos dice que nada puede justificar el 7 de octubre, y sin embargo todo lo que ha hecho Israel puede justificarse con el 7 de octubre”. Es fácil centrarse en los más rabiosos animadores de las acciones de Israel, pero también hay muchos, desde comentaristas hasta figuras públicas, que han permanecido en silencio o han ofrecido lamentaciones superficiales, a pesar de que su país es cómplice de este baño de sangre interminable, sobre todo con la continua venta de armas. Los horrores de nuestro pasado siempre fueron posibles gracias al silencio.

En serio, ¿qué hace falta? ¿Qué atrocidad podría cometer Israel para que se convierta en una cuestión de vergüenza pública defender nuestra alianza? ¿Existe siquiera un umbral? ¿Y qué terrible cosecha cosechará Occidente por decirle al mundo tan descaradamente que concede tan poco valor a estas vidas árabes exterminadas?"