#5 El artículo es bastante crítico con estas vacunas, si se puede llamarlas así. En particular:
Por el momento, ignoramos si estas terapias génicas experimentales están provocando mutaciones en el virus. Sabemos con certeza, en cambio, que están provocando multitud de reacciones adversas, desde infartos fulminantes hasta miocarditis, trombosis, culebrilla, desarreglos menstruales, etcétera. Nadie, sin embargo, se hace cargo de estas numerosas reacciones adversas de las terapias génicas experimentales, ni los laboratorios que las fabrican, ni los estados que fuerzan su inoculación, ni los médicos que las administran, que sin embargo no las prescriben, para no incurrir en responsabilidades. Si todavía restase prensa libre en el mundo, se estarían denunciando tales prácticas, así como la ineficacia de las terapias génicas experimentales (¡sobre la que nos ha advertido el inventor de la técnica del ARN mensajero!); y se estaría investigando la proliferación de reacciones adversas.
Pero la prensa sistémica se halla al servicio de una estrategia biopolítica de control social. Por eso se dedica a azuzar las histerias tragacionistas y a enviscar a las sociedades, demonizando a quienes no están dispuestos a dimitir de la racionalidad.
Por el momento, ignoramos si estas terapias génicas experimentales están provocando mutaciones en el virus. Sabemos con certeza, en cambio, que están provocando multitud de reacciones adversas, desde infartos fulminantes hasta miocarditis, trombosis, culebrilla, desarreglos menstruales, etcétera. Nadie, sin embargo, se hace cargo de estas numerosas reacciones adversas de las terapias génicas experimentales, ni los laboratorios que las fabrican, ni los estados que fuerzan su inoculación, ni los médicos que las administran, que sin embargo no las prescriben, para no incurrir en responsabilidades. Si todavía restase prensa libre en el mundo, se estarían denunciando tales prácticas, así como la ineficacia de las terapias génicas experimentales (¡sobre la que nos ha advertido el inventor de la técnica del ARN mensajero!); y se estaría investigando la proliferación de reacciones adversas.
Pero la prensa sistémica se halla al servicio de una estrategia biopolítica de control social. Por eso se dedica a azuzar las histerias tragacionistas y a enviscar a las sociedades, demonizando a quienes no están dispuestos a dimitir de la racionalidad.
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El valor está en acertar, preferiblemente prediciendo el futuro, y quienes estamos hoy mejor somos justo quienes estámos más vacunados.